Llevo siendo un enamorado de la ambientación de la saga Warcraft desde hace años. No es nada realista, ni verosímil ni romántica, si no que es una cosa bastante macarra con viajes siderales, razas alienígenas, antiguos males que se agazapan en las zonas más oscuras del universo y pandas antropomórficos que, como no podía ser de otra manera, son maestros de artes marciales. No se que tiene ese universo pero me encanta.
La cosa es que hay cierta raza del mundo cuya historia me gusta mucho (y eso es raro, contando que todas las razas de ese mundo están hechas para masmolar bastante) y esa es la de los Draenei. De buenas a primeras cabe decir que estos tipos son una raza bastante original para una ambientación de Alta Fantasía, y eso siempre es algo bueno. Ya no sólo por su aspecto (que, al final, es lo de menos) si no por su historia y su 'naturaleza'.
En el universo de Warcraft, los draenei son herederos de la antigua raza de los eredar. Los eredar eran una raza con una fuerte conexión con todas las formas de magia originaria del planeta Argus. Su poderosa naturaleza atrajo las atenciones de Sargeras, el Titán Caido*, y este se juntó con su raza prometiéndoles poder y gloria. Del triunvirato que mandaba sobre los eredar (Kil'Jaden, Archimonde y Velen) sólo este último comprendió el enorme peligro de afiliarse con Sargeras, pero se veía impotente para hacer nada. En su desesperación, Velen rezó por un milagro, un milagro que ocurrió. Ante el Profeta se presentó un miembro de la extraña raza de los naaru, unos seres de pura luz enemigos de Sargeras y de aquello que él representa. Con la ayuda de los naaru, Velen el Profeta pudo reunir a un grupo de fieles que no compartían los ideales de Sargeras y consiguieron huir del planeta. Desde ese mismo momento los huidos fueron conocidos como los draenei, los exiliados. Ni que decir tiene que Kil'Jaden consideró esto una enorme traición y desde ese mismo momento comenzó a perseguir a sus antiguos hermanos con todo el poder que su nueva afiliación, la Legión Ardiente, le daba.
Una hembra draenei |
Desde ese mismo momento los antiguos eredar quedaron divididos en dos razas diferentes. Por un lado los errantes draenei, que buscaban un lugar en el vasto universo y por otro los ma'nari, los eredar corruptos por los poderes demoníacos de la Legión Ardiente que ahora controlan como sus principales estrategas. Con el paso del tiempo, tras cientos, o quizás miles, de años de búsqueda los draenei encontrarían en el planeta que bautizarían como Draenor, 'el refugio de los exiliados'. Con el paso del tiempo la Legión Ardiente acabaría por dar con este refugio, lo cual acabaría con la corrupción de los orcos y, la división de los draenei e incluso la propia destrucción del planeta, lo cual llevaría a los draenei a volver a huir una vez más hasta llegar a las costas de Azeroth.
Los draenei que se quedaron en Draenor acabaron por involucionar en dos razas a cada cual más degenerada |
Bueno, me voy callando ya. Espero que os llame y os guste.
¡Nos leemos!
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