Menudo añito.
No se siquiera si continuar con la introducción o dejarla así. Porque, en fin, podría darle muchas vueltas para llegar hasta ese punto, así que ahí se queda. Este año ha ido, como todos, mal y bien. Cosas preciosas y terribles a la vez, como viene a ser lo habitual. Yo que sé ya. En fin, lo de siempre, ¿Cómo ha sido mi vida rolera en 2023?
- 2023 ha sido un año raro para Outremer. Supongo que si echo la vista atrás no ha ido mal: hemos sacado Thud & Blunder, Por las Tierras Hundidas, Castillo Xyntillan y Runecairn. Un juego cada tres meses de media, uno por estación. Está muy bien, pero aún no estamos asentados y cada proyecto es peligroso y arriesgado, algo que sinceramente, no me genera una gran tranquilidad. Por otro lado volvimos a las LES y montamos el mayor y más magnífico torneo de Castillo Xyntillan jamás jugado (también el único, todo sea dicho), lo cual fue la mejor experiencia de la editorial desde su creación, diría. También hemos tenido fracasos estrepitosos en jornadas y oportunidades perdidas, pero al menos voy reconociendo patrones, o eso espero.
- El blog... Ay, mi querido Con D de Dados. No quiero abandonarlo, y estoy luchando con fuerza para no hacerlo (¡estoy escribiendo esta entrada al fin y al cabo!) pero me está costando. Leo que el año pasado esperaba hacer al menos 27 entradas y he llegado a 15. De hacer una entrada cada dos semanas más o menos a hacer una al mes. Este ha sido, de largo además, el peor año del blog en su existencia. Y tengo miedo, no os voy a mentir. ¿Acaso ha comenzado ya el fin? Voy a luchar por que no sea así, pero me cuesta, la verdad. A ver si el año que viene al menos remontamos... un poco. Sólo pido no perder más.
- A nivel de mesa... Ha sido un año, en fin. Muy en mi línea. Nada me dura un año, ¿eh? La partida de Star Wars acabó por cerrarse, y al final conseguí lanzarme y montar una mesa para testear nuestro retroclón, Vicúmena. Jugamos La Fortaleza en la Frontera con un grupo que inicialmente parecía voluntarioso, pero durante el largo camino (más de ¿ocho? meses de campaña) al final la cosa ha terminado por morirse de forma lenta. Técnicamente la partida sigue en curso, pero desde Junio nos hemos reunido tres veces. Me ha dado mucha pena, porque yo de verdad pensaba que la gente tenía ganas, pero en fin. Veremos si se revitaliza, no pierdo la esperanza, pero tampoco albergo muchas. Entre medias han salido algunas cosas que no se han materializado, pero por suerte hay una constante: Estoy de jugador en una partida online de Stonehell, dirigida por José Carlos Domínguez, y en la que también andamos testeando Vicúmena. Esta partida la llevamos desde hace más de un año, y parece que vamos a seguir. ¡Victoria!
- No ha sido el año en el que he comprado más rol y de hecho casi todo se ha acumulado al final del año. Algo de Warhammer, algo de Savage Worlds, terminar la colección de Canción de Hielo y Fuego, hacerme por fin con Mutant City Blues (y recordar que Gumshoe no me gusta), los libros de máster y jugador de AD&D 2ª -a sorprendente buen precio- y finalmente, la pantalla de RQ en Glorantha, un abismo al que me da miedo lanzarme pero al que creo que estoy ya avocado. En total creo que no llega a los 10 libros. Si no me dejo algo, eso sería todo. ¡Que lástima!
- La verdad es que el año pasado miraba 2023 con miedo y expectación, decía que iba a ser determinante para Outremer. Íbamos a probar por primera vez mi modelo de lanzar muchos mecenazgos en un año y eso me aterraba. Ahora que lo 'hemos conseguido' (ninguno de los mecenazgos ha sido un super éxito, pero bueno) veo el año 2024 como algo definitivo: o nos salen bien un par de cosas, o sencillamente toca echar el cierre y volver al mundo civil. Todo o nada.
- La entrada con más visitas de este año fue La OSR hispanohablante y la masa crítica, con la friolera de 474 visitas a día de hoy. Una entrada que creo que no se entendió, pero que sin embargo tuvo más movimiento que la del año pasado (391 visitas). Hemos remontado, supongo que por la polémica, pero nos quedamos muy lejos de las casi 1.000 visitas de otros años.
- Para sorpresa de nadie, la entrada con más comentarios fue la misma de antes. Tiene 18 comentarios, por lo que superamos en 1 la marca de los últimos años. Inesperado.
- En este año hemos ganado sólo 2 seguidores. Blogger es una red moribunda y debería dejar de mirar esta estadística, la verdad, pero creo que es de recibo que la siga haciendo. Crecimiento mínimo, pero bueno, es lo que hay.
- Otro año en que no tengo una entrada favorita, aunque repasando todas, me doy cuenta de una cosa. Me ha costado mucho sacar fuerzas para escribir, pero casi cada vez que lo he hecho ha sido para hablar de algo que me importaba, por chorrada que parezca. Me trae cierta alegría, ¡aún tengo cosas que decir y reglas nuevas que crear!
¿Y 2024 que me depara? Ni repajolera idea. Lo que he dicho, es el año de intentarlo una última vez. Y a ver adonde nos lleva eso.