Two in a row! Aunque ojo, tiene sentido. Escribiendo 'After the bomb' no paraban de venir a mi cabeza ideas para mi propia ambientación postapocaliptica, sacado de allí y de allá, adaptado a lo que me gusta y todo eso.
La frontera del oeste es una ambientación sandbox de ciencia ficción postapocaliptica, con cierta inspiración en las 'west marches'. Joder, cuantos calificativos. Se irán explicando conforme vaya contando la ambientación, o eso espero.
Básicamente, el planeta que ahora se conoce cómo Desesperanza (que bonitos son estos nombres) fue colonizado por la humanidad hace algunos siglos. Era un planeta en general bastante áspero, pero contaba con un enorme valle rico en recursos naturales y bastante bello, por lo que ahí empezaron a surgir enormes complejos urbanos que en un primer momento intentaban ser un idílico complejo de turismo, investigación y producción agraria. En cuanto el gobierno central dejó el planeta por libre (vaya usted a saber por que razón) todo se fue un poco a la porra. Pronto los presidentes y jefes de organizaciones acabaron por asentar sus poder en casas al más puro estilo feudal, arrimando para sí a los tipos más duros para poder asentar su poder sobre el resto. Muchos aceptaron a sus nuevos amos (Meet the new boss, same as the old boss) aunque no fueron los pocos los que decidieron hacer las maletas e irse a colonizar las zonas del oeste, mucho más duras y ásperas, pero al fin y al cabo... libres. Con el paso del tiempo la dualidad fue mayor: por un lado se encontraba la zona urbana, donde unos señores dominaban las enormes megalópolis. Por otro lado la conocida cómo 'frontera del oeste', plagada de nuevos pueblos e incluso alguna incipiente ciudad. Los conflictos armados eran bastante comunes (entre ciudades, entre asentamientos, de asentamientos a ciudades...) y llegó cierta época donde lo extraño era no andar armado por la calle.
Al final, todo esto cambió. Aunque no se puede decir que para mejor... Unos mineros, haciendo lo propio en una cordillera montañosa, acabaron por encontrar algo extraño, extraño y mortal. Unas ruinas muy anteriores a la llegada de la humanidad, algo arcano, misterioso y enormemente lucrativo. Se encontró tecnología muy por encima del entendimiento humano, extraños artefactos demasiado poderosos para los belicosos habitantes de Desesperanza... Y pasó lo que tuvo que pasar.
No se sabe quien fue el que lo empezó todo. Quizás un miembro de las casas nobles, ansioso de poder. O uno de los cabecillas de los colonos, quien sabe por qué razón. Sea cómo fuere se desató una enorme destrucción en todo el mundo. Enormes explosiones hicieron saltar por los aires trozos del planeta. Nubes tóxicas diezmaron la población a miles. En unos pocos meses Desesperanza se había transformado en un erial difícil de habitar, plagado de ruinas y con una mermadísima población. De las grandes ciudades del este sólo resisten algunas, una sombra de lo que fueron. El oeste tampoco quedó mejor, aunque tras la Destrucción fueron muchos los que huyeron a esta enorme tierra, simplemente por intentar sobrevivir. Una nueva colonización comienza, pero las cosas son mucho más difíciles ahora. Cuando se desató la hecatombe, algo se puso en marcha. La ya de por sí terrible fauna local se ha vuelto más peligrosa, aparte de que ha empezado un proceso de evolución acelerada que hace que nazcan cientos de nuevas especies adaptándose a nuevos lugares y climas. Se tiene constancia de que se han abierto más 'Baluartes' (el nombre que se le ha dado a las ruinas de los Antiguos) y también nuevos y misteriosos peligros acechan a los poco precavidos. Aún así algo cambió también en la humanidad: algunas personas nacen ahora con extrañas capacidades, un toque sobrenatural que les permite cambiar un poco el mundo. Otros han conseguido comprender extrañas realidades entendidas por los Antiguos y con ello obtienen asombrosos poderes. Sea como fuere estos tipos extraños son temidos, odiados pero siempre respetados (sobre todo cuando están a tu favor).
Nos situamos unas décadas después de la destrucción. ¿50, 60 años? Lo suficiente cómo para que sea lejano, pero no tanto como para que la gente lo haya olvidado. El yermo del oeste es un erial peligroso, pero comparado con el resto del mundo no esta demasiado mal: al menos la probabilidad de que algo te devore es menor y es donde han quedado más supervivientes. Es el momento de levantar los cimientos de una nueva civilización, de buscar maravillas y tesoros, de dominar a tus enemigos bajo tu puño de hierro. Todo esto, y mucho más, en la frontera del oeste.
En resumen tenemos un planeta convertido en un enorme yermo, repleto de ruinas (nuevas y viejas, muy muy viejas), con cosas sobrenaturales bambando por ahí y la gente haciendo lo que puede para sobrevivir. Como veis lo he dejado lo suficientemente abierto para que se metan cosas (como razas no humanas, espíritus, robots y demás, por ejemplo) pero cerrado, para que no sea un sin Dios tremendo (que ya lo es suficiente). Lógicamente es una idea poco desarrollada, más pensada para ofrecerme un marco de juego que se iría formando con el avance de las partidas. Algunos me dirán que para eso puedo usar el Hell on Earth, y no lo discuto. Pero lo malo de este último es que para jugarlo hay que contar la metatrama del Deadlands, y es algo que no me gusta pues le quita mucha gracia a este último.
Bueno, espero que os haya gustado otro de mis desvaríos. Como siempre, no os cortéis en comentar.
¡Nos leemos!
La frontera del oeste es una ambientación sandbox de ciencia ficción postapocaliptica, con cierta inspiración en las 'west marches'. Joder, cuantos calificativos. Se irán explicando conforme vaya contando la ambientación, o eso espero.
Autoservidores. Con sólo el 2% de probabilidades de revolución psicoasesina. |
Al final, todo esto cambió. Aunque no se puede decir que para mejor... Unos mineros, haciendo lo propio en una cordillera montañosa, acabaron por encontrar algo extraño, extraño y mortal. Unas ruinas muy anteriores a la llegada de la humanidad, algo arcano, misterioso y enormemente lucrativo. Se encontró tecnología muy por encima del entendimiento humano, extraños artefactos demasiado poderosos para los belicosos habitantes de Desesperanza... Y pasó lo que tuvo que pasar.
Posible imagen de un Baluarte de los Antiguos |
No se sabe quien fue el que lo empezó todo. Quizás un miembro de las casas nobles, ansioso de poder. O uno de los cabecillas de los colonos, quien sabe por qué razón. Sea cómo fuere se desató una enorme destrucción en todo el mundo. Enormes explosiones hicieron saltar por los aires trozos del planeta. Nubes tóxicas diezmaron la población a miles. En unos pocos meses Desesperanza se había transformado en un erial difícil de habitar, plagado de ruinas y con una mermadísima población. De las grandes ciudades del este sólo resisten algunas, una sombra de lo que fueron. El oeste tampoco quedó mejor, aunque tras la Destrucción fueron muchos los que huyeron a esta enorme tierra, simplemente por intentar sobrevivir. Una nueva colonización comienza, pero las cosas son mucho más difíciles ahora. Cuando se desató la hecatombe, algo se puso en marcha. La ya de por sí terrible fauna local se ha vuelto más peligrosa, aparte de que ha empezado un proceso de evolución acelerada que hace que nazcan cientos de nuevas especies adaptándose a nuevos lugares y climas. Se tiene constancia de que se han abierto más 'Baluartes' (el nombre que se le ha dado a las ruinas de los Antiguos) y también nuevos y misteriosos peligros acechan a los poco precavidos. Aún así algo cambió también en la humanidad: algunas personas nacen ahora con extrañas capacidades, un toque sobrenatural que les permite cambiar un poco el mundo. Otros han conseguido comprender extrañas realidades entendidas por los Antiguos y con ello obtienen asombrosos poderes. Sea como fuere estos tipos extraños son temidos, odiados pero siempre respetados (sobre todo cuando están a tu favor).
Ruinas abandonadas en una de las partes norteñas del planeta |
Nos situamos unas décadas después de la destrucción. ¿50, 60 años? Lo suficiente cómo para que sea lejano, pero no tanto como para que la gente lo haya olvidado. El yermo del oeste es un erial peligroso, pero comparado con el resto del mundo no esta demasiado mal: al menos la probabilidad de que algo te devore es menor y es donde han quedado más supervivientes. Es el momento de levantar los cimientos de una nueva civilización, de buscar maravillas y tesoros, de dominar a tus enemigos bajo tu puño de hierro. Todo esto, y mucho más, en la frontera del oeste.
En resumen tenemos un planeta convertido en un enorme yermo, repleto de ruinas (nuevas y viejas, muy muy viejas), con cosas sobrenaturales bambando por ahí y la gente haciendo lo que puede para sobrevivir. Como veis lo he dejado lo suficientemente abierto para que se metan cosas (como razas no humanas, espíritus, robots y demás, por ejemplo) pero cerrado, para que no sea un sin Dios tremendo (que ya lo es suficiente). Lógicamente es una idea poco desarrollada, más pensada para ofrecerme un marco de juego que se iría formando con el avance de las partidas. Algunos me dirán que para eso puedo usar el Hell on Earth, y no lo discuto. Pero lo malo de este último es que para jugarlo hay que contar la metatrama del Deadlands, y es algo que no me gusta pues le quita mucha gracia a este último.
Bueno, espero que os haya gustado otro de mis desvaríos. Como siempre, no os cortéis en comentar.
¡Nos leemos!
Me recuerda mucho al borderlands.
ResponderEliminarLas tres grandes inspiraciones: Borderlands, Necromunda (para las ciudades) y Hell on Earth. Espadas, robots, pistolas y magos. Fuck yeah!
EliminarLo de las ciudades es un buen añadido, la verdad.
EliminarMuy evocador... añade el nuevo interés del Gobierno Central, después de dejarlos a su suerte antes del incidente y despúes, por Desesperanza cuando al fin se enteran de los Artefactos, y como quiere entrar de nuevo en Desesperanza (empezando por política, y acabando si es necesario por la fuerza...). Podría ser un buen Shadowrun post apocaliptico también.
ResponderEliminarMuy muy bueno, no descarto utilizar algo así! Si lo desarrollas ves publicando por que me parece una muy buena ambientación.
¡Gracias hombre! La verdad es que no había pensado meter cosas del ''Gobierno Central'' (quien sabe que pueden estar haciendo esos ahora) pero puede ser una cosa curiosa para avanzar la historia.
EliminarY me alegro mucho de que te guste. A ver si puedo jugarlo...
Espias! agentes del gobierno central tratando de averiguar más cosas y emisarios que empiezan a acudir diciendo que el Gobierno central puede regresar para arreglar las cosas, solo hay que pedirlo. Pero el gobierno central solo quiere sacar tajada de Desesperanza y luego volverla a dejar a su suerte.
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