Me he subido al carro de eso del Hexographer. Aunque conocía el programilla nunca le había visto la gracia... hasta que he visto que se pueden hacer cosas muy chulas con él, como el proyecto que coordina Carlos del que ya os hablé o algunas virguerías que está haciendo el compañero Crom. Así que esta tarde, que me aburría un poquillo, he decidido montar un mini-sandbox: Laerta.
Hablando en chorradas técnicas, es un mapa de 15x15 casillas, cada casilla representa 5 kilometros, por lo que nos sale una zona bastante chiquitina. Pero es que Laerta no pretende ser un sandbox completo, si no una 'zona común' o 'zona de inicio' donde los personajes podrían empezar sus aventuras. ¿Que maravillas nos encontramos en esta tierra?
EDITADO: He cambiado un poco el mapa y añadido una parte sobre los caminos y los ríos, algo que se me había pasado totalmente (a veces soy un rato cazurro...).
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Laerta en su pequeño esplendor |
Una breve historia de Laerta
Primero de todo hablemos de Laerta, la ciudad por la que este valle sin nombre acabó siendo conocida. Este pequeño asentamiento agrícola nació hace unos siglos, pero hasta hace cosa de cuatrocientos años no tuvo mayor impotancia: era un pequeño pueblo como tantos otros que poblaban la región, donde los habitantes vivían y poco más. Pero la invasión de los orcos del sur hizo ponerse las pilas a dichos campesinos que haciendo un gran esfuerzo (tanto de los pre-laertianos como de sus caudillos y jefes, que tuvieron que coordinarse como bien pudieron) consiguieron rechazarlos. Esta fuerte unión se reforzó con la fundación de un gran templo en comemoración a los Dioses de los antiguos habitantes del lugar para dar gracias por la victoria. Ese templo, llamado comunmente 'Esperanza de la Fe' se situó en un asentamiento que ya contaba con una buena cantidad de habitantes, el pequeño pueblo de Laerta. Poco a poco fueron llegando más gentes, la ciudad creció, comenzó a haber comercio... Y con cuatro siglos ahora es una gran ciudad rodeada de campos, una urbe exportadora que mantiene alimentada a varias ciudades de más allá del mar y que tiene un control sobre todos los habitantes del mismo. En el transcurso de estos cuatrocientos años han pasado muchas cosas: los orcos del sur fueron poco a poco rechazados, aunque siguen teniendo actividad. Desde hace unas décadas, los pacíficos comerciantes marinos del norte comenzaron poco a poco a ser más violentos, y hoy por hoy cuando alguien ve uno de los barcos largos norteños prepara su espada a la vez que prepara su bolsa: nadie sabe si vienen a comerciar o a saquear. Y por si era poco, hace cincuenta años, por el este, llegaron extraños hombres a caballo que arrasaron con todo y casi tomaron Laerta, pero finalmente fueron rechazados a un gran coste. Estos hombres, conocidos como la Gente del Caballo Gris, no se dedicaron ni a parlamentar ni a negociar: lucharon, fueron vencidos y se retiraron. Ahora Laerta está recuperada y en proceso de hacerse aún más grande. Es una zona muy próspera... Lo que lo convierte en una zona muy codiciada.
Clases de geografía
Laerta no es una zona grande, pero no es en la gran cantidad de tierras en lo que aposenta su poder, si no en el comercio. El hecho de estar relativamente cerca de la costa (a un día y medio de viaje o dos a pie) la convierte en proclive para el comercio sin caer víctima de los peligros del mar (como piratas, invasiones o cosas aún peores). Si nos fijamos en la propia urbe, es una enorme ciudad de más de 100.000 habitantes, rodeada de grandes zonas agrícolas que son la base de su economía. Montones de pequeñas aldeas pueblan todos estos lugares, pero en el mapa sólo veréis marcadas las realmente importantes. Ahora dejemos la ciudad de lado (volveremos sobre ella) y pasemos a ver la geografía de Laerta cómo región.
En el noreste está el mar, donde encontramos dos de los puntos más relevantes de Laerta: el Faro de Piedra y la urbe a la que da nombre. El Faro de Piedra es, como su nombre indica, un gran faro de roca. La gran pecualiaridad es que está situado en una pequeña isla cerca de la costa (a apenas unas decenas de metros) y que nadie sabe realmente cuanto tiempo lleva ahí: simplemente está desde... bueno, desde siempre. Cerca del faro está el punto de desembarco de todos los barcos que se dirigen a Laerta, una ciudad de unos 25.000 habitantes que por asimilación ha sido llamado igual que el faro. Este pueblo es una urbe de creciente importancia, pero no tiene ni el estatus ni el poder para ser un rival de Laerta, además de ser un asentamiento vasallo de Laerta, claro. Entre Faro de Piedra y Laerta nos encontramos un asentamiento de renombre, Posada Vieja. Posada Vieja era un pequeño pueblo agricola que comenzó a ganar importancia como zona de descanso antes de llegar a Laerta. Hoy por hoy es una de las zonas más multiculturales de Laerta, casi más incluso que la propia ciudad, ya que muchos ven en Posada Vieja un sinfín de posibilidades alejadas del ferreo control que el Consistorio tiene sobre la propia ciudad. Este asentamiento de unos 35.000 habitantes no para de crecer y el Consistorio teme que acabe siendo competencia para la propia Laerta.
En el este nos encontramos con una zona de llanuras reclamadas por bosquecillos, pequeños montes y demás, poco remarcables y aún no colonizadas por simple falta de necesidad. Más allá nos encontraríamos con otros pequeños reinos, al menos hasta hace cincuenta años. Ahora sólo hay destrucción más allá: cuando la Gente del Caballo Gris llegó con fuerza y saña todo quedó destruido, y ahora que han sido rechazados algunos vestigios de esta horda se mantienen más al este, entre las ruinas de pequeños reinos donde algunos supervivientes luchan por sobrevivir y otros se han asimilado a sus destructores. Para que no vuelva a pasar eso, el gobierno de Laerta ha fundado ahí la fortaleza de Roca Mayor, un inmenso castillo que mantiene una lucha constante contra la Gente del Caballo Gris, a la vez que no para de recibir más y más refugiados, razón por la cual está creciendo a una enorme velocidad. Hoy por hoy en Roca Mayor se congregan más de 20.000 personas, aunque la gran mayoría son civiles.
El sudeste es una región llena de bosques que se van haciendo cada vez más y más densos hasta que se llega a un punto donde ningún laertiano quiere ir: el Bosque Eterno. Se dice que no tiene fin y está terriblemente maldito... ¿Pero quien cree a esos pueblerinos con sus supersticiones y sus tonterías? Entre el Bosque Eterno y Laertia solo hay un asentamiento de importancia (aunque hay decenas, si no cientes, de aldeas agricolas, ganaderas, de leñadores o de cazadores), Fuente Umbría. Fuente Umbría es una pequeña urbe de menos de 8.000 habitantes, pero lo que realmente la hace importante es su fuente de ingresos: la madera férrea. cerca del Bosque Eterno existen unos extraños árboles cuya madera, si es tratada con unos antiguos usos que sólo los habitantes de Fuente Umbría saben, acaba haciéndose tan fuerte como el hierro, aunque mucho más ligera. Fuente Umbría es una urbe cuya riqueza no deja de crecer, aunque los nativos tienen bastante mala fama y generalmente sólo los comerciantes se dirigen a este lugar. También en el sudeste se encuentra el extraño Peñasco Roto, una montañas solitaria en mitad de los bosques. Se cuentan muchas leyendas sobre este lugar, pero también es cierto que muchos del los que han ido allí nunca han vuelto.
Ahora nos topamos con el sudoeste. Esta era la zona más conflictiva de Laerta hasta que la Gente del Caballo Gris hizo su aparición. Esta región montañosa está llena de minas y recursos muy preciados, aunque hoy por hoy sólo se ven tres cosas ahí: antiguas ruinas de asentamientos que no prosperaron y los fortines que intentan detener a los orcos, así cómo algún que otro pequeño pueblo minero que ha aprendido a defenderse sólo. De entre estos pueblos mineros destaca Claro de Ramr, un asentamiento de unos 10.000 habitantes posicionado en lo alto de una montaña y defendido con tres niveles de muretes y murallas. Tanta defensa es necesaria debido a la cercanía de la 'frontera' con los orcos. El porque los habitantes no han abandonado tan peligrosa zona es debido a las minas de plata que se aposentan bajo sus pies: son muy rentables y se podría decir que mantienen a todo el ejercito laertiano, compuesto por una mezcla de soldados semi-profesionales y mercenarios, a flote. Susodicho ejercito tiene una gran cantidad de fortines aquí al sur, todos muy similares en composición. Hoy por hoy sólo seis de esos fortines son utilizados activamente, aunque otros fortines se mantienen para hacer función de atalaya o de fortaleza provisional. Otros, en cambio, están totalmente en ruinas y abandonados.
En el oeste la cadena montañosa que proviene del sur se mantiene, haciendo una fachada que nadie ha querido cruzar por el extremo peligro que esto conlleva. Es una región árida, de la que se cuentan leyendas terribles y que nadie habita. Nadie excepto los monjes de la Capilla de la Perpetua Búsqueda. Este es un monasterio de menos de 1.000 habitantets (entre monjes y campesinos afiliados al mismo), pero su importancia es vital para la fe de los laertianos. Según sus propias creencias, la Diosa Arka fue atrapada por un antiguo y poderoso mal en un ataúd de cristal, y sólo encontrar todas las llaves del ataúd conseguiran la libertad de Arka. Aunque esta diosa fue perdiendo popularidad con el paso de los siglos, los hermanos de la Perpetua Búsqueda siguen recorriendo el mundo para buscar dichas llaves. Nadie sabe cuanto éxito están teniendo, ya que son terriblemente celosos de sus secretos... Pero el número de monjes se ha mantenido estable (e incluso ha crecido) con el paso de los siglos, así que muy mal no les tiene que ir... Quien sabe.
Nadie habla del noroeste. Esta una región temida, con una reputación temible. Una reputación totalmente merecida. Más allá de una región montañosa se encuentra unos pantanos oscuros como la noche. Se dice que los pueblos que más tarde se transformarian en los laertianos vivían más allá de ese pantano, pero que huyeron del terrible mal que ahí habitaba y acabaron por situarse en Laertia. Muchos tildarían a esto de leyenda y no le darían más importancia... pero es cierto que algo malvado habita ahí arriba. Cada cierto tiempo, siguiendo un orden totalmente incomprensible para los humanos, seres extraños y terribles salen del pantano para destruir, matar y esclavizar. Aunque es muy sencillo encontrar ruinas de antiguos pueblos e incluso fortalezas, dos de estos conjuntos de ruinas destacan por encima de todos: muy cerca del pantano encontramos Fuerte Oscuro, una antigua e imponente fortaleza creada para luchar contra este mal... y que cayó sin remedio. Mucho más al sur, en las zonas ya alejadas de las colinas, encontramos las ruinas de Bastión de Gith. Este es un ejemplo de cómo lo que habitara al norte no era detenido por la distancia, ya que este próspero pueblo acabó arrasado por esos terribles seres hace apenas 100 años. Como medida preventiva se han dejado de construir asentamientos en esa zona y las tierras abandonadas son registradas por patrullas de soldados y mercenarios regularmente, aunque sólo las capas más altas del Consistorio saben la realidad sobre lo que ahí pasa.
En cuanto a vías de comunicación, Laerta cuenta con varios caminos de una calidad variable, y todos acaban por dirigirse a la ciudad. Hay una gran multitud de pequeñas calzadas y rutas que alcanzan las muchas aldeas que rodean Laerta, pero sólo vamos a destacar los más importantes. Por un lado está la Vía del Mar, sin lugar a dudas el más transitado de todos los caminos, que lleva directamente de Laerta a Faro de Piedra pasando por Posada Vieja. Este camino está en perfecto estado de conservación y cada poco tiempo el Consistorio manda albañiles a reparar los desperfectos. También cuenta con buenas patrullas de caminos e incluso un sobervio puente (con su consiguiente peaje) que cruza el río Cauce de Hierro. Este camino se divide en Posada Vieja para dirigirse a Roca Mayor, creando la Vía del Este, y aunque este camino no es tan bueno como la Vía del Mar está en bastante buen estado y es muy transitado. Un pequeño camino sale de Laerta para ir hacia el sur, la Vía del Bosque. Este camino es muy corto y en algunos lugares es poco más que un sendero, ya que el intercambio comercial (y por tanto, la necesidad de vías de comunicación) con el sur es bastante escaso. Una vez se llega al bosque la vía se divide en un sin fin de sendas, caminos y rutas que alcanzan diferentes pueblos, entre ellos Fuente Umbría. Un último importante camino sale de Laerta para dirigirse hacia el oeste. Este camino es conocido como la Calzada de Hierro, aunque también es conocida como la Ruta de los Enanos. Este camino, que cuenta con un pequeño pero sólido puente que cruza el Cauce de Hierro, se adentra muy al oeste en las montañas, hasta los reinos de los enanos. Es un camino muy sólido, aunque debido a su poco uso no cuenta apenas con patrullas (razón por la cual los comerciantes enanos suelen viajar en grandes grupos).
En la zona de Laerta hay varios ríos destacables, pero por encima de todos ellos está el gran Cauce de Hierro. Este río nace muy al oeste y baja de las montañas con mucha fuerza, aunque cuando llega a las llanuras ya es menos violento. Este río acaba desembocando en el mar y es una gran fuente de vida para toda Laerta (ya sea por la fertilidad que da a los campos por los que pasa, por la vitalidad que otorga a los mercaderes fluviales o por ser un buen punto de defensa contra cualquier cosa que venga del norte... cosa que por ahora no ha pasado nunca, pero quien sabe) y cuenta con dos grandes puentes (en los dos caminos que lo cruzan) así como con pequeños puentes y vados por aquí y por allá. El otro gran río de Laerta es el Río del Bosque, un río que nace en las montañas sureñas y se adentra en el bosque, para acabar siguiendo su cauce hacia el Bosque Eterno. Este río es vital para las aldeas que pueblan el bosque y casi todas están construidas en su orilla, y aunque es un río grande y de fácil navegación nadie se atreve a bajar por él hacia el Bosque Eterno, ya que terribles leyendas se cuentan sobre lo que más allá puede haber. Finalmente hay otro pequeño río, la Corriente del Norte. Este río viene de las tierras malditas del norte y nadie en su sano juicio se acerca demasiado a él. Se cuentan leyendas terribles sobre cosas que emergen de este río y es por todos evitado.
Bueno, hasta aquí todo por ahora. Otro día os hablaré de las gentes de Laerta (y alrededores) y de la ciudad en sí.
¡Nos leemos!