Berlín, principios del siglo XXI. Armin Müller despierta y nota una extraña sensación. Sabe que sigue siendo él mismo, un paciente y sensato ingeniero aeronáutico nacido en Munich, casado y con dos niños, con una vida monótona y tranquila... pero a la vez es como si fuera otra persona, un ser nacido en un lejano mundo muy diferente al nuestro. Se recuerda a sí mismo con un aspecto muy extraño, más bajito y de piel azulada. Le asaltan imágenes confusas de magia desatada y batallas libradas, de tesoros increíbles y galeones flotantes, de ciudades míticas y tenebrosos enemigos. A su mente acuden retazos de memorias que su mente racional rechaza, pero que su alma inmortal reconoce como ciertos.
En un universo diferente, hace océanos de tiempo, un planeta agoniza. El fabuloso mundo de Khyrdam está cerca de ser engullido por su sol. Los más grandes hechiceros de las Seis Razas intentan desesperadamente completar el ritual que permitirá a sus congéneres evitar la locura que se avecina: cielos de fuego sobre sus cabezas, terremotos inconcebibles y tsunamis devastadores. Los taumaturgos afrontan la dura tarea de salvar las almas de unos pocos elegidos, buscados por las manadas del Triángulo y seleccionados por los Cristales del Alma. Únicamente unos pocos miles sobrevivirán. Para el resto sólo queda el Ocaso Final.
Con esta introducción tan curiosa se nos presenta Xanagénis, un juego de fantasía urbana pero, a diferencia de la mayoría de juegos de este calibre, no trata tanto de magia y lo sobrenatural adaptado a nuestro tiempo si no de vidas pasadas y recuerdos de un mundo lejanísimo. Como un buen amigo me ha dicho, me recordó a Nephilim/Selenim, aunque centrado en una mística más sesentera que tradicional. Merece la pena mencionar que su autor, Enrique, lleva tiempo moviéndose, tiene el manual acabado y es un tipo simpático, valores todos que siempre merece la pena recalcar. La verdad es que el juego no casa mucho con lo que me suele llamar a mí, pero siempre merece la pena apoyar a estos proyectos nuevos y que se salen de lo normal.
Ah, aquí os dejo el enlace del Verkami, espero que os interese.
La siguiente entrada volveré al bestiario del Viejo y Salvaje Mundo, en este caso los Skaven. ¡Temed, temed!
¡Nos leemos!
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