domingo, 31 de diciembre de 2023

Reflexiones sobre 2023 y despedida del año

Menudo añito.

No se siquiera si continuar con la introducción o dejarla así. Porque, en fin, podría darle muchas vueltas para llegar hasta ese punto, así que ahí se queda. Este año ha ido, como todos, mal y bien. Cosas preciosas y terribles a la vez, como viene a ser lo habitual. Yo que sé ya. En fin, lo de siempre, ¿Cómo ha sido mi vida rolera en 2023?

  • 2023 ha sido un año raro para Outremer. Supongo que si echo la vista atrás no ha ido mal: hemos sacado Thud & Blunder, Por las Tierras Hundidas, Castillo Xyntillan y Runecairn. Un juego cada tres meses de media, uno por estación. Está muy bien, pero aún no estamos asentados y cada proyecto es peligroso y arriesgado, algo que sinceramente, no me genera una gran tranquilidad. Por otro lado volvimos a las LES y montamos el mayor y más magnífico torneo de Castillo Xyntillan jamás jugado (también el único, todo sea dicho), lo cual fue la mejor experiencia de la editorial desde su creación, diría. También hemos tenido fracasos estrepitosos en jornadas y oportunidades perdidas, pero al menos voy reconociendo patrones, o eso espero.
  • El blog... Ay, mi querido Con D de Dados. No quiero abandonarlo, y estoy luchando con fuerza para no hacerlo (¡estoy escribiendo esta entrada al fin y al cabo!) pero me está costando. Leo que el año pasado esperaba hacer al menos 27 entradas y he llegado a 15. De hacer una entrada cada dos semanas más o menos a hacer una al mes. Este ha sido, de largo además, el peor año del blog en su existencia. Y tengo miedo, no os voy a mentir. ¿Acaso ha comenzado ya el fin? Voy a luchar por que no sea así, pero me cuesta, la verdad. A ver si el año que viene al menos remontamos... un poco. Sólo pido no perder más. 
  • A nivel de mesa... Ha sido un año, en fin. Muy en mi línea. Nada me dura un año, ¿eh? La partida de Star Wars acabó por cerrarse, y al final conseguí lanzarme y montar una mesa para testear nuestro retroclón, Vicúmena. Jugamos La Fortaleza en la Frontera con un grupo que inicialmente parecía voluntarioso, pero durante el largo camino (más de ¿ocho? meses de campaña) al final la cosa ha terminado por morirse de forma lenta. Técnicamente la partida sigue en curso, pero desde Junio nos hemos reunido tres veces. Me ha dado mucha pena, porque yo de verdad pensaba que la gente tenía ganas, pero en fin. Veremos si se revitaliza, no pierdo la esperanza, pero tampoco albergo muchas. Entre medias han salido algunas cosas que no se han materializado, pero por suerte hay una constante: Estoy de jugador en una partida online de Stonehell, dirigida por José Carlos Domínguez, y en la que también andamos testeando Vicúmena. Esta partida la llevamos desde hace más de un año, y parece que vamos a seguir. ¡Victoria!
  • No ha sido el año en el que he comprado más rol y de hecho casi todo se ha acumulado al final del año. Algo de Warhammer, algo de Savage Worlds, terminar la colección de Canción de Hielo y Fuego, hacerme por fin con Mutant City Blues (y recordar que Gumshoe no me gusta), los libros de máster y jugador de AD&D 2ª -a sorprendente buen precio- y finalmente, la pantalla de RQ en Glorantha, un abismo al que me da miedo lanzarme pero al que creo que estoy ya avocado. En total creo que no llega a los 10 libros. Si no me dejo algo, eso sería todo. ¡Que lástima!
  • La verdad es que el año pasado miraba 2023 con miedo y expectación, decía que iba a ser determinante para Outremer. Íbamos a probar por primera vez mi modelo de lanzar muchos mecenazgos en un año y eso me aterraba. Ahora que lo 'hemos conseguido' (ninguno de los mecenazgos ha sido un super éxito, pero bueno) veo el año 2024 como algo definitivo: o nos salen bien un par de cosas, o sencillamente toca echar el cierre y volver al mundo civil. Todo o nada.
Y bueno, vamos ahora a por las estadísticas. Sin paños calientes, a cara perro. Como he dicho antes, sólo 15 entradas es una vergüenza, pero es a lo que he llegado. Sencillamente, me cuesta sacar ganas para hacer una cosa que me gusta, así está el patio. Vamos a ver los numeritos, que también va a ser una sorpresa para mí ya que sólo los reviso cuando hago esta entrada. 
  • La entrada con más visitas de este año fue La OSR hispanohablante y la masa crítica, con la friolera de 474 visitas a día de hoy. Una entrada que creo que no se entendió, pero que sin embargo tuvo más movimiento que la del año pasado (391 visitas). Hemos remontado, supongo que por la polémica, pero nos quedamos muy lejos de las casi 1.000 visitas de otros años. 
  • Para sorpresa de nadie, la entrada con más comentarios fue la misma de antes. Tiene 18 comentarios, por lo que superamos en 1 la marca de los últimos años. Inesperado. 
  • En este año hemos ganado sólo 2 seguidores. Blogger es una red moribunda y debería dejar de mirar esta estadística, la verdad, pero creo que es de recibo que la siga haciendo. Crecimiento mínimo, pero bueno, es lo que hay. 
  • Otro año en que no tengo una entrada favorita, aunque repasando todas, me doy cuenta de una cosa. Me ha costado mucho sacar fuerzas para escribir, pero casi cada vez que lo he hecho ha sido para hablar de algo que me importaba, por chorrada que parezca. Me trae cierta alegría, ¡aún tengo cosas que decir y reglas nuevas que crear!
Y eso ha sido 2023 para Con D de Dados y para las cosas de mi vida que giran en torno al rol.  No suena bien, la verdad, pero peor me parecería mentir y sonreír diciendo que todo va estupendamente. Suficiente me toca hacerlo ya en más de una ocasión. Cualquiera con dos dedos de frente sabe que el blog no va bien...

Pero sin embargo veo las estadísticas y en algunas hemos mejorado. Igual que haciendo mecenazgos. Quizás estoy aprendiendo, pero estoy tan asustado y harto de palos que sólo quiero ver las cosas mal. No lo se, la verdad. Es complicado. 

Aquí creo que debo hacer un inciso. ¿Por qué el blog? Porque me gusta, porque lo quiero, lo siento parte de mi. Pero también porque es mi diario. Para escribir esta entrada he repasado la del año anterior, y algunas otras, y eso me ha servido de reflexión y para entenderme un poco mejor a mi mismo, sea para bien o para mal. Así que aquí seguimos, escribiéndome estas cartas para el futuro a mi mismo. 

¿Y 2024 que me depara? Ni repajolera idea. Lo que he dicho, es el año de intentarlo una última vez. Y a ver adonde nos lleva eso.

¡Nos leemos!

lunes, 25 de diciembre de 2023

¡Feliz Navidad!

Igual que los últimos años, este mensaje me pilla de camino a Madrid, para celebrar la Navidad con mi familia de allá. Y como siempre, desde el pasado lejano de unas horas atrás aprovecho para dejar un mensaje programado, antes de ponerme a cocinar. 

Feliz Navidad gente. Como todos los años os deseo que paséis unas felices fiestas con los vuestros de la forma que mejor podáis, queráis o sepáis. 

¡Nos leemos!

lunes, 4 de diciembre de 2023

Cerrando puertas

Porqué cuando exploras una mazmorra es casi tan importante saber cerrar puertas como saber abrirlas.

En el momento de leer estas líneas Sergio, de Carisma18 (un blog bastante activo en la época de G+ con un autor aún más activo en esa red) ha cerrado oficialmente su blog, aunque a decir verdad virtualmente inactivo bastante tiempo. Pero ha tenido el valor de dar un punto final y no dejarlo, como tantos otros blogs, parados o anunciando proyectos nuevos. Auguro quizás unos días de actividad, con gente comentando como viejos amigos que se cruzan por la calle y prometen que hay que volver a juntarse, pero esta vez sí, de verdad. Y luego... una reliquia para investigadores, curiosos y nostálgicos. Y eh, esto tampoco es malo, cada cosa tiene su momento. No aceptarlo es no aceptar la realidad última de que un día nosotros no estaremos aquí, pero tampoco quiero ponerme demasiado profundo. Será que es tarde.

Volviendo al caso, hay pocas cosas que me den más pena que los blogs que se mueren de golpe. Esos que son activos, o levemente activos, o incluso que ponen un par de entradas al año... Y de repente nunca más vuelven a actualizar. Nunca sabes que ha pasado con ellos. ¿Le ha pasado algo al autor? ¿O sólo ha perdido el gusto por escribir? Siempre que me encuentro uno, me da que pensar. No os voy a mentir, de vez en cuando cuando empiezo una serie de entradas siempre digo '¿Y acaso no será esta la última entrada del blog y se quedará así, como roto para cualquiera que lo lea?'. Con la broma esto me ha llevado a continuar escribiendo más de una vez, porque me animo a hacer las cosas bien. Pero entiendo que lo mío roza lo patológico y la mayoría de la gente sigue su camino. Sergio ha tenido el valor de al menos darle un cierre y cualquiera que se encuentre el blog en el futuro podrá ver que terminó. 

Y es que cerrar un proyecto tan personal, bonito y barato como un blog es muy jodido. Esto no es una afición que cueste dinero, o una empresa que haya que mantener... El blog siempre está ahí y no te pide nada más que tiempo y ganas. Si te gustaba escribir entradas hace 10 años y sacabas un par por semana es que había cierto gusto en esto y seguramente lo sigas teniendo, aunque quizás no igual. Entonces, ¿por qué cerrarlo? Siempre podemos recuperarlo. Cerrar el blog es como muy definitivo, ¿no? Mejor dejarlo así, que tengo aún un par de ideas para entradas pero no tengo tiempo para escribirlas... Y, con la tontería, el tema nunca avanza ni queda zanjado. Es la falsa promesa del no negarse oportunidades. De hecho me recuerda mucho a la mentalidad del coleccionista de rol: creemos que al comprar el libro lo jugaremos, y al leerlo nos imaginamos esas partidas y nos encanta... cuando sabemos que, en muchos casos, no es verdad. pues lo de mantener un blog inactivo, igual.

Lo bonito es que Sergio no ha dado todo por cerrado y ahora se ha lanzado a Youtube (aquí lo encontraréis), y desde aquí le deseo que le vaya muy bien y que, sobre todo, se lo pase bien haciendo videos. Yo personalmente he visto el de Caverns of Qud, un juego que sorpresa sorpresa, me gusta bastante, y me ha hecho gracia... ¡que ya es decir, porque yo soy un quejica! En fin, si acaso lo lees, suerte. Y si no, ¡idos para allá que cuando un canal empieza cualquier ayuda es poca! 

Cada día quedamos menos de los de antes, hasta llegar a un punto que, bueno, podemos hablar de 'los de antes'. Es triste, pero es ley de vida. Lo que viene luego, la verdad, no lo se. Yo soy una persona que se ha quedado atrapada en otra época, si no que diantres hago un lunes antes de lanzar un mecenazgo escribiendo esto a la una de la madrugada. Pero sea como sea, lo iremos viendo. Tampoco se puede hacer mucho más.

Hecha esta reflexión, a seguir con la serie del simulacionismo. Espero que no me cueste otro mes escribir la entrada.

¡Nos leemos!