Primero de todo, ayer acabó el mecenazgo de 'El Ojo Oscuro' y ha sido un exitazo. Felicidades a los chicos de Epicismo, ¡ahora a ultimar detalles y nos vemos en Aventuria!
Vamos acercándonos al final de las entradas de introducción al Reino. Creo que haré esta que estáis leyendo y una o dos más para finalmente dejar 'cerrada' la base de el Reino. Más allá todo dejará de ser 'abierto' para ser bastante más local. Eso si no me da por otra cosa, ¡eh! En fin, hoy vamos a hablar de algo que ya ha ido saliendo poco a poco durante todo este tiempo pero que al fin se concreta: las Fuerzas.
Vamos acercándonos al final de las entradas de introducción al Reino. Creo que haré esta que estáis leyendo y una o dos más para finalmente dejar 'cerrada' la base de el Reino. Más allá todo dejará de ser 'abierto' para ser bastante más local. Eso si no me da por otra cosa, ¡eh! En fin, hoy vamos a hablar de algo que ya ha ido saliendo poco a poco durante todo este tiempo pero que al fin se concreta: las Fuerzas.
Según escribía no paraba de pensar en esta imagen y me ha resultado físicamente imposible no ponerla. |
Las Fuerzas es el término con el que los estudiosos denominan a los entes sobrenaturales que dominan el Reino y más allá. Uno podría llamarlos 'dioses' pero es un calificativo que se queda corto ya que hay fuerzas más allá de los dioses: algunas menos poderosas y otras simplemente diferentes. Estas Fuerzas no son neutrales hacia las criaturas racionales si no que están alineadas y en una (parece) eterna lucha.
Los estudiosos y teólogos debaten mucho sobre este tema pero se ha llegado a un consenso general: Existe una importante batalla entre dos Fuerzas antagónicas que se disputan la realidad. Por un lado está la Luz (también conocida como la Ley o el Bien, además de con muchos nombres) que es la fuerza proclive a permitir la vida. Los artífices de esta fuerza son conocidos por crear vida y dejarla seguir su propio camino, aunque a veces eso implique problemas (a la larga). Por otro lado se encuentra la Oscuridad (denominada con los ominosos títulos del Caos o incluso el Mal). Las fuerzas de la Oscuridad ven la creación como un anatema que debe corromperse y dominarse, incluso autodestruyéndose por el camino.
De una forma resumida y sencilla, los habitantes de el Reino ven el mundo como una lucha constante entre la Luz y la Oscuridad: una Ley creadora y un Caos destructor. Se dice que en los orígenes de todo, cuando se creó la realidad, los primeros retazos de Oscuridad vieron con odio esto. No se sabe exactamente que es la Oscuridad. Algunos dicen que es aquello que había antes de que la Luz surgiera, otros que es una fuerza ajena al comprensión del mundo. Otros incluso aseguran que la Oscuridad no existía en un principio y que fue el odio y las disputas entre los primeros creadores lo que llevó a su existencia. Sea lo que sea desde que la realidad tiene forma ha existido una Fuerza dedicada a preservarla y otra a corromperla.
Los principales actores de las Fuerzas del Bien son los conocidos como dioses. Los dioses son fuerzas abiertamente provechosas para las criaturas inteligentes. Esto no quiere decir que los dioses siempre sean benignos: son seres emocionales y es posible apenarlos e incluso enfurecerlos, pero resulta algo complicado. Se dice que los dioses fueron los artífices del mundo y de la vida, aunque esa es una materia más propia de las leyendas y los mitos que del día a día de cualquier vasallo de el Reino. Los dioses dotaron a los seres racionales de la libertad total para realizar sus actos, puesto que sólo así podrían vivir una vida en la que sus decisiones realmente tuvieran significado. Después de dejar las bases de la creación abandonaron el mundo, sabiendo que su presencia directa perturbaría la libertad de sus nuevos hijos. Ahora bien, no por ello se olvidaron la realidad ni abandonaron a sus creaciones a su suerte: sabiendo de la insidiosa amenaza de la Oscuridad los dioses permitieron que los mortales accedieran a su poder si libremente así se presentaban. Este 'pacto' es la base en la que trabajan los clérigos, personas que han decidido acceder al milagroso poder de los dioses a cambio del servicio a su causa. En el Reino se adoran a nueve dioses (conocidos como los Nueve de la Luz, la Estrella de la Ley o simplemente los dioses), que en mayor o menor medida son también adorados en los lugares más alejados o extraños. Existen seres de menor poder que los dioses que son activos en las fuerzas de la Luz. Los ángeles, sirvientes directos de los dioses, son los más famosos de estos, aunque también existen dioses menores, semidioses e incluso mortales que han alcanzado la santidad y que son capaces de ejercer cierta influencia en el mundo. De hecho incluso algunos mortales especialmente puros consiguen la bendición de la Luz cuando viven. El más famoso de todos ellos es, sin duda, el Rey, bendito con una larga vida para administrar con sabiduría el primer y único reino verdaderamente justo.
De forma contraria las fuerzas de la Oscuridad está formada por los conocidos como demonios, aunque también se les llama Enemigos (en mayúscula) o 'caídos'. Algunos aseguran que muchos de estos seres están creados de la propia Oscuridad, pero también hay muchos que antaño fueron dioses (u otros seres) que por amargura, odio u orgullo juraron destruir y corromper todo lo que habían hecho sus hermanos. A decir verdad no existe un 'panteón eterno' de la Oscuridad igual que existe uno de la Luz: sus innominadas fuerzas no paran de devorarse y destruirse así mismas por la total incapacidad de cooperar sin odiarse. Los 'ejércitos demoníacos', como a veces los llaman los clérigos de la Luz, van variado con el tiempo aunque a veces con tanta distancia que los humanos llegan a verlos como una constante. Las fuerzas de la Oscuridad buscan corromper y mancillar aquello creado por las fuerzas de la Luz pues saben que este sería el verdadero fracaso de sus enemigos. Para ello los demonios más poderosos se valen de infinidad de sirvientes que prometen a los mortales todo tipo de beneficios si los siguen, un camino malvado que lleva a la perdición pero que no pocos están dispuestos a seguir ya sea por orgullo, ambición, desesperación o miedo. Las fuerzas de la Oscuridad están formadas por plétoras de demonios de distintos tipos y grados. Aquellos con las agallas (o la locura) para estudiar a las fuerzas malvadas han visto que hay ciertos 'grados' dentro de este aparente caos informe, aunque no es un tema del que los Enemigos suelan hablar a sus esclavos.
Las Fuerzas de la Luz y la Oscuridad no suelen luchar directamente, al menos no en el Reino. Algunos creen que esto se debe a que los dioses quieren dejar que sean los mortales, en su libertad, los que hagan frente a la Oscuridad (reafirmando así que los mortales, como obra suya, son buenos) mientras que los demonios quieren demostrar que los mortales pueden ser fácilmente seducidos y conducidos al mal camino para acabar con ellos mismos (reafirmando que la maldad anida en sus corazones y son obras fallidas). Sea por lo que sea las Fuerzas mayores jamás interceden de forma directa en el mundo. Son los mortales, con sus decisiones, los que suelen 'colisionar' de esta manera. Por otro lado las 'fuerzas menores' son bastante más proclives a aparecer en el mundo. Las de la Luz sólo lo hacen por la petición de mortales, y no en todos los casos. Las de la Oscuridad, en cambio, son proclives a 'colarse' en la realidad para causar caos y confusión. La muestra más patente (y recordada) en el Reino de la intervención de las fuerzas fue la famosa batalla de Umbria. Esta fue la primera gran batalla en la que el que el Rey y sus mesnadas lucharon contra las fuerzas oscuras. En mitad de la batalla un enorme dragón oscuro apareció, amenazando directamente la vida del Rey, pero se dice que antes de que eso ocurriera el ángel Ranozael abatió al dragón con su lanza hecha con rayos del sol. Aún hoy quedan restos que atestiguan tan maravilloso hecho: la Columna de Luz puede verse en los días sagrados en la Catedral de Úmbria que se hizo alrededor de la misma y es un elemento esencial para la creación de los Fragmentos de Luz (de los que ya hablaremos otro día).
La batalla entre la Luz y la Oscuridad es ampliamente desigual. Mientras que las fuerzas de la Luz creen en la libertad de los mortales, por lo que jamás les fuerzan a sus servicio, las fuerzas de la Oscuridad no dudan en mentir, engañar, esclavizar o torturar para conseguir siervos y esclavos. Sin lugar a duda los más famosos agentes de la Oscuridad en el Reino fueron los orcos. Los orcos han servido como 'fuerza de choque' de el Caos durante siglos y aunque son prototípicos como 'seres malvados' (pese a que haya discusiones) es innegable que los humanos que han colaborado voluntariamente con las fuerzas oscuras también son algo relativamente común. En los tiempos antiguos, antes de la llegada de el Rey, existían oscuros 'reinos malvados' dominados por brujos o sangrientos tiranos. A día de hoy estos existen en los cuentos y las leyendas pero en el pasado fueron reales. Y se teme que con la enfermedad de el Rey estos puedan volver a surgir.
Es importante resaltar que no todos los seres 'sobrenaturales' se encuentran inmersos en este conflicto de dimensiones cósmicas. En muchos casos los seres de cierto poder son relativamente conscientes de ello y prefieren ignorarlo o incluso evitarlo activamente. El caso de las hadas es el más claro en este caso: los seres feéricos decidieron no participar en el conflicto entre la Luz y la Oscuridad, quedándose ajenos al mismo. Por eso algunos estudiosos llaman a las hadas 'el pueblo de la penumbra', puesto que no pertenecen ni a la luz ni a la oscuridad. Otros seres famosos por su neutralidad son los temibles dragones. Se cuenta que en el pasado los dragones habían sido siervos de la Luz pero que muchos cayeron bajo el influjo de la Oscuridad y comenzaron a luchar entre ellos. Después de una enorme batalla fratricida la mayoría de los dragones decidieron que su pueblo no seguirían a ninguno de los dos bandos. Aún así este pacto se ha roto a veces: algunos dragones ven con deseo las promesas de la Oscuridad y se han acabado vendiendo a esta fuerza mientras que unos pocos dragones anhelan los tiempos en los que eran paladines de la Luz.
Al final del día las Fuerzas y sus batallas es un tema que resulta relativamente lejano para las buenas gentes del Reino. La mayoría van a la iglesia, son agradables con sus vecinos y se preocupan de sus familias. Después de más de tres siglos de paz muchos ven las amenazas de la Oscuridad como algo del pasado, algo lejano e irrepetible. Las amenazas de orcos, brujos y demonios resultan casi inconcebibles, sobretodo para aquellos que viven en lejos de las fronteras. Pero con la enfermedad de el Rey esto es bien posible que cambia, para gran perturbación de la gente sencilla y buena.
Y con esto creo que estaría acabada la entrada de hoy. Estos son los típicos temas que apenas surgen en las partidas pero que a mi me gustan tener claros a la hora de dirigir, principalmente porque creo que pueden dar muchas ideas si se 'interiorizan' en las partidas. Y después de los últimos párrafos me han entrado ganas de hacer una entrada sobre dragones... Um, creo que ya tengo tema para la de la semana que viene. Sea como sea espero que os haya gustado.
¡Nos leemos!
Cierto que no son temas habituales en partidas pero eso no quita que sean de utilidad en momentos épicos. Gracias por la entrada!
ResponderEliminarGracias Miquel. A mi estos temas me gustan mucho y como no suelo verlos en manuales... pues me los monto yo.
EliminarEn fin, ¡gracias por comentar!