Bueno, pues otra semana más, otra entrada del Reino que toca hacer. En esta hablaremos de la magia en el Reino. No es una entrada muy larga pero esta semana he estado lejos del blog a todas horas y no he podido hacer nada. En fin, empezamos.
En el Reino existe la magia y, de hecho, es una fuerza relativamente común. Esto no quiere decir que todos los habitantes de el Reino sepan del uso de la magia, no mucho menos, pero no es extraño ver a gente que sí la usa. Raro es el pueblo que no cuenta con una bruja o saludador capaz de realizar los encantamientos más básicos y la mayoría de hijos de la nobleza con un don para la magia suelen acabar yendo a aprender con alguno de los maestros arcanos de las partes más importantes de el Reino.
Pero yendo a la base, ¿qué es la magia? La magia es una fuerza que se mantiene ampliamente incomprensible para el común de los mortales, para los que simplemente es 'magia' y punto. Algo que rompe las leyes naturales y permite realizar cosas de otra manera casi imposibles. Y, aún así, la magia no es 'algo distinto' si no que es la propia esencia del mundo, como bien saben los expertos.
Los expertos creen que la magia es el poder mismo de la creación. Cuando los Dioses de la Ley dieron forma a la realidad y al mundo utilizaron 'algo' para crear. Ese 'algo' era la propia fibra de la que surgiría la realidad en estado puro (conocida por los sabios como el éter). Una vez el mundo ya tuvo forma el éter había sido consumido en la creación pero restó algo, como un pequeño reflejo del mismo. Los sabios lo conocen como el arcano o la esencia. Esa 'esencia' se ha mantenido de forma soterrada pero vibrante en cada una de las cosas. Aquellos que aprenden a dominar los caminos de la magia son capaces de manipularla y usarla para sus propios fines ya que la 'esencia', al ser un elemento natural, no tiene control ni dueño. Igual que los hombres pueden usar el fuego para calentarse o para provocar incendios la magia puede usarse para los más elevados fines o para los más abyectos proyectos.
Una constante que han podido cotejar los más sabios arcanistas es que la magia del mundo se está degradando: al estar cada vez más lejanos desde el día de su creación la magia, el 'reflejo' del éter primigenio va muriendo poco a poco. Esto no quiere decir que apenas haya magia en el Reino, ni mucho menos, pero los magos más poderosos se dan cuenta de que por mucho que se esfuercen no pueden llegar a dominar los fantásticos poderes que las crónicas atribuyen a los magos del pasado.
La esencia es especialmente fuerte en el Mundo Feérico, el reflejo de nuestra realidad, lo cual ha llevado a los sabios a especular de diversas formas sobre el mismo. Algunos creen que el mundo de las hadas fue la creación primigenia de los dioses y por eso su esencia es más pura. Otros creen que, de forma contraria, las hadas decidieron aislarse del mundo cuando notaron sobre la degradación de la esencia mágica del mundo mortal, creando un reino de pura magia pero aislado de las leyes naturales. La verdad es que las hadas, cuando son cuestionadas sobre este tema, no suelen responder: muchos creen que guardan celosamente sus secretos pero lo más posible es que ni siquiera ellas lo sepan.
Aquellos que estudian los caminos de la magia suelen ser conocidos de muchas maneras: brujos, saludadores, hechiceros, magos, arcanistas y muchos títulos más. Pues, cómo es de suponer, no hay 'un' camino para la magia: hay muchos y cada uno con sus propias pruebas, pero también con sus propias recompensas. Entre los humanos de el Reino los caminos de la magia suelen presentarse de dos maneras: aquellos que estudian magia de forma 'común', es decir, con brujos rurales o hechiceros de baja estofa, o aquellos que estudian magia en alguna de las Órdenes de Hechicería impulsadas por el propio Rey desde hace algunos siglos.
Los magos 'comunes' o 'vulgares' (como son conocidos despectivamente por los magos más poderosos) son gente que tiene unas tradiciones fiables pero extrañas en los estudios de los caminos de la magia. La imagen más común (aunque no por ello la única) es la de la 'bruja de pueblo' (aunque más de 1/3 de estas suelan ser hombres). Estas brujas han heredado los rituales y conjuros de sus antepasados y son capaces de dominar, si bien de forma rudimentaria, la magia. La mayoría de los que estudia magia de esta manera suele mezclar sus conocimientos arcanos con tradiciones o costumbres extrañas. La mayoría de estas brujas suelen ser aceptadas en los pueblos y son conocidas por muchos nombres. En la mayoría de el Reino se está popularizando el término 'saludador' cuando una de estas brujas trabaja directamente para la comunidad. Esto no quiere decir que todas las brujas sean desprendidas almas de la caridad, ni mucho menos: hay muchas brujas egoístas que se benefician de sus poderes para coaccionar a sus vecinos, sobretodo en las regiones rurales más aisladas.
Los magos 'eruditos' o 'altivos' (como los suelen conocer los magos vulgares) son aquellos que han podido estudiar la magia con formalidad y erudición. En los tiempos antiguos era relativamente normal que los señores nobles más poderosos contaran con 'magos de corte' que fueran trasmitiendo sus conocimientos pero una de las primeras cosas que hizo el Rey al tomar el poder fue formalizar los estudios de la magia. Este creó las Órdenes de Hechicería, grupos de magos que combinaban y compartían sus estudios para beneficio de la magia y el Reino. Aunque originalmente sólo había tres órdenes se han ido creando bastantes más con el paso del tiempo. Las Órdenes más grandes (como la Orden de los Hierofantes, al servicio directo de la Iglesia de la Luz) cuentan con cientos de miembros mientras que hay órdenes pequeñas o de carácter local que pueden tener apenas un puñado de miembros. Estos magos se esfuerzan por estudiar la magia como una materia seria y formalizada. Aunque en muchos casos sus teorías pueden no ser correctas (por decir algo) tienen una comprensión más clara de la magia que los magos comunes y pueden usar mayores poderes. Pese a todo el número de magos eruditos en el Reino es bastante pequeño: se cree que sólo uno de cada cinco magos acaban pudiendo estudiar en alguna de las Órdenes. Los magos de las Órdenes suelen tener códigos de comportamiento muy estrictos y regulados debido a que desde su inicio en la orden se les hace conscientes del enorme poder que van a dominar.
No podemos olvidar a aquellos que buscan usar la magia para su propio beneficio, ignorando todo lo demás. Hay tantas historias como magos malvados, obviamente, pero en su mayoría todas tienen un denominador común: gente que busca imponer su voluntad sobre la de el resto y que no les importa sacrificar lo que sea para conseguirlo. De esta caterva surgen las brujas malvadas o los demonologistas que pueblan los cantares heroicos del Reino, aunque por suerte eran muy poco comunes... Al menos hasta que el Rey enfermó.
Entre las razas no humanas el conocimiento de la magia varía bastante. Los elfos, por ejemplo, son tenidos por criaturas 'afines' a la magia por su herencia feérica pero a la hora de la verdad no son grandes magos. Aunque tienen el talento la mayoría carece del carácter y la constancia que les conmina a hacerse grandes magos. Los enanos son el caso totalmente contrario: no son conocidos por su imaginación ni su capacidad de pensar 'en abstracto', ambas totalmente necesarias para dominar las artes de la magia, pero aquellos enanos que buscan ser magos son conocidos por su tesón y su esfuerzo. Aun así los enanos que dominan las artes de la magia son realmente extraños. Los magos tanto elfos como enanos suelen guardar cierto resentimiento contra los magos humanos pues estos suelen ser los más poderosos de los tres: carentes del talento natural de los elfos y de la obstinada concentración de los enanos, los humanos tienen la capacidad de aunar todos sus esfuerzos en dedicarse a la magia y lo hacen mejor que los miembros de las otras razas.
Se sabe que los orcos tienen poderosos magos malvados que realizan ritos sangrientos y crueles aunque sus poderes nunca suelen poder compararse con la de los magos de las Órdenes y en toda la historia nunca ha habido registro de un ogro capaz de hacer magia (pero, quien sabe, quizás podrían). Las hadas son otra historia: muchos creen que son criaturas plenamente mágicas y desde luego muchas cuentan con poderes o habilidades que no son naturales pero que ellas mismas no perciben como mágicas. Esto ha llevado a muchos eruditos a investigarlas en profundidad pero intentar comprender algo en claro de un hada suele ser una labor frustrante y abocada al fracaso.
Con esto terminaríamos el breve repaso a la magia en el Reino. Espero que os haya resultado interesante.
¡Nos leemos!
En el Reino existe la magia y, de hecho, es una fuerza relativamente común. Esto no quiere decir que todos los habitantes de el Reino sepan del uso de la magia, no mucho menos, pero no es extraño ver a gente que sí la usa. Raro es el pueblo que no cuenta con una bruja o saludador capaz de realizar los encantamientos más básicos y la mayoría de hijos de la nobleza con un don para la magia suelen acabar yendo a aprender con alguno de los maestros arcanos de las partes más importantes de el Reino.
Pero yendo a la base, ¿qué es la magia? La magia es una fuerza que se mantiene ampliamente incomprensible para el común de los mortales, para los que simplemente es 'magia' y punto. Algo que rompe las leyes naturales y permite realizar cosas de otra manera casi imposibles. Y, aún así, la magia no es 'algo distinto' si no que es la propia esencia del mundo, como bien saben los expertos.
Los expertos creen que la magia es el poder mismo de la creación. Cuando los Dioses de la Ley dieron forma a la realidad y al mundo utilizaron 'algo' para crear. Ese 'algo' era la propia fibra de la que surgiría la realidad en estado puro (conocida por los sabios como el éter). Una vez el mundo ya tuvo forma el éter había sido consumido en la creación pero restó algo, como un pequeño reflejo del mismo. Los sabios lo conocen como el arcano o la esencia. Esa 'esencia' se ha mantenido de forma soterrada pero vibrante en cada una de las cosas. Aquellos que aprenden a dominar los caminos de la magia son capaces de manipularla y usarla para sus propios fines ya que la 'esencia', al ser un elemento natural, no tiene control ni dueño. Igual que los hombres pueden usar el fuego para calentarse o para provocar incendios la magia puede usarse para los más elevados fines o para los más abyectos proyectos.
Una constante que han podido cotejar los más sabios arcanistas es que la magia del mundo se está degradando: al estar cada vez más lejanos desde el día de su creación la magia, el 'reflejo' del éter primigenio va muriendo poco a poco. Esto no quiere decir que apenas haya magia en el Reino, ni mucho menos, pero los magos más poderosos se dan cuenta de que por mucho que se esfuercen no pueden llegar a dominar los fantásticos poderes que las crónicas atribuyen a los magos del pasado.
La esencia es especialmente fuerte en el Mundo Feérico, el reflejo de nuestra realidad, lo cual ha llevado a los sabios a especular de diversas formas sobre el mismo. Algunos creen que el mundo de las hadas fue la creación primigenia de los dioses y por eso su esencia es más pura. Otros creen que, de forma contraria, las hadas decidieron aislarse del mundo cuando notaron sobre la degradación de la esencia mágica del mundo mortal, creando un reino de pura magia pero aislado de las leyes naturales. La verdad es que las hadas, cuando son cuestionadas sobre este tema, no suelen responder: muchos creen que guardan celosamente sus secretos pero lo más posible es que ni siquiera ellas lo sepan.
Aquellos que estudian los caminos de la magia suelen ser conocidos de muchas maneras: brujos, saludadores, hechiceros, magos, arcanistas y muchos títulos más. Pues, cómo es de suponer, no hay 'un' camino para la magia: hay muchos y cada uno con sus propias pruebas, pero también con sus propias recompensas. Entre los humanos de el Reino los caminos de la magia suelen presentarse de dos maneras: aquellos que estudian magia de forma 'común', es decir, con brujos rurales o hechiceros de baja estofa, o aquellos que estudian magia en alguna de las Órdenes de Hechicería impulsadas por el propio Rey desde hace algunos siglos.
Los magos 'comunes' o 'vulgares' (como son conocidos despectivamente por los magos más poderosos) son gente que tiene unas tradiciones fiables pero extrañas en los estudios de los caminos de la magia. La imagen más común (aunque no por ello la única) es la de la 'bruja de pueblo' (aunque más de 1/3 de estas suelan ser hombres). Estas brujas han heredado los rituales y conjuros de sus antepasados y son capaces de dominar, si bien de forma rudimentaria, la magia. La mayoría de los que estudia magia de esta manera suele mezclar sus conocimientos arcanos con tradiciones o costumbres extrañas. La mayoría de estas brujas suelen ser aceptadas en los pueblos y son conocidas por muchos nombres. En la mayoría de el Reino se está popularizando el término 'saludador' cuando una de estas brujas trabaja directamente para la comunidad. Esto no quiere decir que todas las brujas sean desprendidas almas de la caridad, ni mucho menos: hay muchas brujas egoístas que se benefician de sus poderes para coaccionar a sus vecinos, sobretodo en las regiones rurales más aisladas.
Los magos 'eruditos' o 'altivos' (como los suelen conocer los magos vulgares) son aquellos que han podido estudiar la magia con formalidad y erudición. En los tiempos antiguos era relativamente normal que los señores nobles más poderosos contaran con 'magos de corte' que fueran trasmitiendo sus conocimientos pero una de las primeras cosas que hizo el Rey al tomar el poder fue formalizar los estudios de la magia. Este creó las Órdenes de Hechicería, grupos de magos que combinaban y compartían sus estudios para beneficio de la magia y el Reino. Aunque originalmente sólo había tres órdenes se han ido creando bastantes más con el paso del tiempo. Las Órdenes más grandes (como la Orden de los Hierofantes, al servicio directo de la Iglesia de la Luz) cuentan con cientos de miembros mientras que hay órdenes pequeñas o de carácter local que pueden tener apenas un puñado de miembros. Estos magos se esfuerzan por estudiar la magia como una materia seria y formalizada. Aunque en muchos casos sus teorías pueden no ser correctas (por decir algo) tienen una comprensión más clara de la magia que los magos comunes y pueden usar mayores poderes. Pese a todo el número de magos eruditos en el Reino es bastante pequeño: se cree que sólo uno de cada cinco magos acaban pudiendo estudiar en alguna de las Órdenes. Los magos de las Órdenes suelen tener códigos de comportamiento muy estrictos y regulados debido a que desde su inicio en la orden se les hace conscientes del enorme poder que van a dominar.
No podemos olvidar a aquellos que buscan usar la magia para su propio beneficio, ignorando todo lo demás. Hay tantas historias como magos malvados, obviamente, pero en su mayoría todas tienen un denominador común: gente que busca imponer su voluntad sobre la de el resto y que no les importa sacrificar lo que sea para conseguirlo. De esta caterva surgen las brujas malvadas o los demonologistas que pueblan los cantares heroicos del Reino, aunque por suerte eran muy poco comunes... Al menos hasta que el Rey enfermó.
Entre las razas no humanas el conocimiento de la magia varía bastante. Los elfos, por ejemplo, son tenidos por criaturas 'afines' a la magia por su herencia feérica pero a la hora de la verdad no son grandes magos. Aunque tienen el talento la mayoría carece del carácter y la constancia que les conmina a hacerse grandes magos. Los enanos son el caso totalmente contrario: no son conocidos por su imaginación ni su capacidad de pensar 'en abstracto', ambas totalmente necesarias para dominar las artes de la magia, pero aquellos enanos que buscan ser magos son conocidos por su tesón y su esfuerzo. Aun así los enanos que dominan las artes de la magia son realmente extraños. Los magos tanto elfos como enanos suelen guardar cierto resentimiento contra los magos humanos pues estos suelen ser los más poderosos de los tres: carentes del talento natural de los elfos y de la obstinada concentración de los enanos, los humanos tienen la capacidad de aunar todos sus esfuerzos en dedicarse a la magia y lo hacen mejor que los miembros de las otras razas.
Se sabe que los orcos tienen poderosos magos malvados que realizan ritos sangrientos y crueles aunque sus poderes nunca suelen poder compararse con la de los magos de las Órdenes y en toda la historia nunca ha habido registro de un ogro capaz de hacer magia (pero, quien sabe, quizás podrían). Las hadas son otra historia: muchos creen que son criaturas plenamente mágicas y desde luego muchas cuentan con poderes o habilidades que no son naturales pero que ellas mismas no perciben como mágicas. Esto ha llevado a muchos eruditos a investigarlas en profundidad pero intentar comprender algo en claro de un hada suele ser una labor frustrante y abocada al fracaso.
Con esto terminaríamos el breve repaso a la magia en el Reino. Espero que os haya resultado interesante.
¡Nos leemos!
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