Seguimos con los monstruos de el Reino. Hoy nos toca hablar de, seguramente, uno de los monstruos a los que más miedo les tienen los aldeanos de el Reino: los ogros.
Los ogros son unos monstruos de terrible fama que se esconden en los sitios más despoblados y desagradables de el Reino. Son un pueblo grande (midiendo entre 2'5 y 3 metros de alto normalmente, a veces incluso más) pero de formas desgarbadas, si bien coherentes. No son monstruos mutados, como los orcos, aunque parecen bastante más 'poco armónicos' que los humanos o los elfos: sus brazos y piernas son largas y delgadas, pero fuertes, rematadas en enormes manos y pies. Sus cabezas son muy grandes y sus rasgos faciales (nariz, boca, orejas...) destacan por su gran tamaño. Sus ojos son pequeños, pero astutos, y sus cuerpos suelen ser delgados, pero grandes y fibrosos. Destacan por enorme fuerza y sus aterradores voces, algo que casi todos los aldeanos del Reino conocen y temen.
Los bosques oscuros, los montes escarpados, las antiguas ruinas, los baldíos y otros lugares son el hogar de los ogros, que parece que pueden medrar en tan oscuros lugares. Parece que los ogros desdeñan la civilización y todo lo que ella conlleva, decidiendo llevar vidas solitarias y apartadas del mundo e incluso destruyendo, con gran saña, a todos los que se acerquen a sus dominios. Los ogros gustan de dejar bien claro donde viven marcando sus dominios con horribles mojones: cadáveres de sus víctimas a medio devorar empalados, cráneos de animales clavados de árboles y otras advertencias poco sutiles, y es que los ogros recelan de toda compañía. Los ogros son seres arrogantes y orgullosos que no gustan de, bueno, de básicamente nadie. Les gusta vivir tranquilos y solitarios, saliendo de vez en cuando a matar a alguien para robarle y poco más. A veces los ogros se presentan en aldeas cercanas a sus dominios 'pidiendo' que les hagan esto o aquello a cambio de pequeñas fortunas que han amasando con el tiempo. Algunos campesinos inteligentes han conseguido estafar a ogros para enriquecerse rápidamente pero este es un juego peligroso: si el ogro se siente engañado lo más posible es que seas su siguiente comida. Si no fueran tan extremedamente violentos serían buenos vecinos.
Los ogros son muy malos siervos. Son tan orgullosos que no atienden a la coacción o a las amenazas, pudiendo llegar a morir antes de aceptar lo que le obligan a hacer. Pero eso no los convierte en seres intratables, ni mucho menos: es tremendamente fácil conseguirlos como aliados, ya que los ogros son seres avariciosos a los que las promesas de riquezas y saqueo atraen con facilidad. Grandes señores malvados han sabido ganarse el favor de algunos ogros que usan en sus planes. De vez en cuando uno de estos señores es un ogro extrañamente astuto o sabio. Estos ogros que consiguen convencer a los de su pueblo pasan a ser conocidos como 'reyes de los ogros', aunque el título es prácticamente honorífico, ya que generalmente sólo dura lo que dicho 'rey' puede mantener a sus tropas sin matarse entre ellas (que, en cuanto acaban los conflictos, no suele ser mucho).
Un asentamiento ogro típico suele situarse en una gran cueva, en un edificio en ruinas o en chabolas de enorme tamaño hechas por ellos mismos. La cueva está repleta de riquezas que han podido saquear, de huesos de sus múltiples comidas (a veces a medio devorar) y de suciedad en general. Los ogros son excelentes pastores y suelen mantener enormes rebaños para alimentarse de ellos. También les encantan las bebidas alcohólicas, aunque generalmente se les da muy mal hacerlas y suelen 'adquirirlas' de viajeros y asentamientos cercanos. Muchos asentamientos se han salvado de ser arrasados por un ogro al darle todo el vino (o la cerveza) del lugar, aunque a largo plazo esto siempre ha acabado siendo negativo porque el apetito de los ogros siempre va a más. Los ogros son bastante malos artesanos, pero como desdeñan a siervos y esclavos suelen apañarse con lo que pueden hacer. Generalmente van armados con armas muy sencillas y las armaduras no son más que pieles curadas. Pese a todo compensan con su enorme fuerza todas las carencias que pudieran tener.
Pese a todo los ogros sí que hay cierta compañía de la que gustan tener: mujeres humanas. Los ogros son una raza totalmente masculina y de vez en cuando sienten la necesidad de reproducirse. Para eso lo hacen con mujeres humanas, con las que desfogan sus deseos más lujuriosos. Curiosamente los ogros jamás raptan a mujeres casadas ni tienen tratos con ellas, si no que sólo acuden por las doncellas y solteras. Es conocido que los ogros sienten especial predilección por las mujeres de la nobleza, aunque no se tiene muy clara la razón. La fama de secuestradores de jovencitas les viene totalmente justificada, aunque una vez las tienen raptadas los ogros son sorprendentemente cuidados con ellas. Algunas supervivientes de dichas situaciones siempre cuentan que es como ser la mascota favorita del ogro: desde luego no las tratan como personas, pero se preocupan en todo momento por su bienestar, a veces hasta límites cómicos si las implicaciones no fueran tan terribles. Algunas aventureras astutas han conseguido explotar esta debilidad de los ogros para dejarse capturar y acabar con ellos en sus propias guaridas. Ni que decir tiene que los ogros se toman muy mal cualquier intento de una de sus 'protegidas' de asesinarlos, ya que ellos creen realmente que aman a sus mujeres y que el sentimiento es mutuo.
Un ogro puede tener a una mujer raptada durante meses, incluso años, antes de querer hace nada con ella. Nadie entiende muy bien esta razón pero algunos creen que tiene que ver con las extrañas concepciones del amor que tienen estas criaturas. Cuando un ogro consigue dejar embarazada a una mujer esta tiene una gestación normal tras la que da a luz a un pequeño ogro (uno y solo uno). Todas las madres humanas mueren durante el parto, siendo el primer alimento de los recién nacidos ogros. El ogro no cría a su hijo, ni mucho menos, si no que tras haber devorado a su madre lo deja abandonado en la naturaleza. Los pequeños ogros son seres salvajes y animalescos que, si sobreviven a sus primeros años de vida, se convierten en ogros hechos y derechos que se montan un cubil y empiezan a seguir con la tradición de sus padres. Cabe decir que muchos no pasan estos años, aunque a los ogros esto no parece importarles.
Esta horrible costumbre, junto con su violencia y su carácter excesivamente territorial, hace que los ogros sean temidos por los humanos. Un ogro con ganas de conseguir esposa no tiene miedo a ir a una aldea y empezar a destruirla hasta que una doncella quiera irse con él. Cuando es un rey de los ogros el que quiere esto las consecuencias pueden ser mucho más terribles: incontables aldeas arrasadas solo por el capricho de un ser tan malvado y egoísta.
Un aventurero que se tope con un ogro fuera de sus tierras puede esperar dialogar con él e incluso comerciar: los ogros amasan importantes fortunas y roban muchos objetos fabulosos con los que están dispuestos a comerciar a cambio de cualquier cosa que les apetezca: armas, comida, alcohol o 'caprichos' con los que contentar a sus atemorizadas esposas. Comerciar con estos es bastante peligroso ya que si el ogro siente que el trato no va como le gusta o si no le vendes lo que él quiere, lo más posible es que te machaque y se lo lleve de todas maneras. Es raro que un ogro 'de viaje' sea excesivamente violento, aunque no tiene reparos en machacar a otros viajeros si se aburre o se siente amenazado. Un ogro en su territorio, en cambio, es un ser totalmente distinto: intentará expulsar de forma violenta a cualquiera que se acerque, recurriendo a gritos, trampas o a la simple fuerza bruta.
Los ogros son universalmente considerados como seres malvados, pero algunos eruditos simplemente creen que son brutales y solitarios. Quizás, postulan, un ogro podría ser llevado al buen camino con un gran esfuerzo o crianza. Otros, sobre todo aquellos cuyas hijas han sido raptadas, abogan por matar a cualquier ogro cercano para evitar estas situaciones. En las universidades y aulas catedralicias del Reino hay importantes discusiones sobre el tema, aunque debido a la relativa escasez de los ogros no es un tema candente ni de importancia... por ahora.
Y hasta aquí con los ogros de El Reino. Espero que os hayan gustado.
¡Nos leemos!
Me ha sorprendido la descripción física de los ogros siendo muy diferentes al imaginario popular de brutos fornidos y gruesos. Así como los presentas podría su apariencia engañar al aventurero mas osado. También me ha chocado su forma de reproducción, en este caso no podría dar como resultado una raza mestiza? Muchas gracias como siempre!
ResponderEliminarBueno, si te lo imaginas así de desgarbado y de tres metros... Da mucho miedo. Que son muchos metros de bicharraco.
EliminarY si, los ogros son unos tipejos bastante malos, de base. Siempre he sido fan de que los monstruos sean... monstruosos, aunque sea de una forma de cuento.
Sobre lo de las razas mestizas, en el Reino no se sabe de ellas. La mayoría de uniones entre distintas razas no suele dar descendencia y en los raros casos que hay siempre tiende hacia una parte de la gente, depende de la raza. Los ogros son de este caso.
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