Hace ya más de un año el genial Jose Carlos (Kha para los enemigos) empezó a publicar la ambientación en la que jugar sus partidas online, Avarnia Meridional. Él explica de forma magistral de que va en esas líneas. Pese a que yo no soy un jugador de su campaña por distintos motivos Jose Carlos asegura que le ayudé mucho con los inicios y desarrollo de Vicumena, el 'mundo de juego' en el que se inserta Avarnia. Yo sigo dudándolo, francamente, pero no puedo discutir con alguien cuya potencia de fuego es tan absurdamente mayor a la mía. Soy un rolero, no un suicida.
Tengo en mente varios proyectos para Vicumena pero lo más posible es que se queden todos parados porque, vaya, porque soy algo inútil a la hora de terminar las cosas. Pero una cosa que se me da relativamente bien es escribir trasfondo (o eso dicen) y hablando con Kha concreté hacer una serie de entradas sobre distintas partes de la ambientación de Vicumena, cosas que podrían interesar a los jugadores por cualquier motivo. Hemos decidido llamar a esta sección Apuntes vicuménicos y tratarán de distintas cosas del trasfondo de la ambientación. Huelga decir que, igual que la entrada de los Nueve Dioses de la Ley (que se podría considerar una proto-entrada de esta sección) todo esto ha sido revisado y aceptado por Kha, por lo que se considera 'canon' de la ambientación.
Sin demorarme más empezamos con algo de historia, que para eso es mi campo profesional. Hoy hablaremos de la historia 'reciente' del Imperio Taryano o, básicamente, de cómo el Imperio ha llegado a ser lo que es hoy.
Sin demorarme más empezamos con algo de historia, que para eso es mi campo profesional. Hoy hablaremos de la historia 'reciente' del Imperio Taryano o, básicamente, de cómo el Imperio ha llegado a ser lo que es hoy.
Un vistazo rápido a la historia reciente del Imperio Taryano
El triunfo de Severianus II Taryano tras la destrucción de Azgar 1) El emperador Severianus II; 2) Jinete taryano; 3) 'Capa azul' (soldado del Culto del León Dorado) |
El principal problema del Imperio en estos años fueron los pueblos bárbaros. Durante décadas muchos pueblos bárbaros de más allá de las fronteras (principalmente distintas tribus de thingir, escandos y atmanos) habían acabado por hacer la guerra con el Imperio, aunque otros se habían asentado en el Imperio en régimen de vasallos (o incluso totalmente integrados en la sociedad imperial) o, en unos pocos casos, habían conseguido conquistar sus propias tierras e incluso ser reconocidos por el Imperio, como fue el caso de los avarnos. Estas muestras de debilidad se debían a que el Imperio estaba más centrado en terminar su guerra contra los azagaros que en defender sus posesiones. La dicha por la caída de Azgar apenas duraría unas décadas: Hace exactamente 342 años Severianus IV, el último emperador de Tarya, murió con la espada en la mano mientras intentaba rechazar a los rugiones, una beligerante tribu de bárbaros thingir que rompieron antiguos pactos y asaltaron la propia capital imperial, cerca de los dominios que los emperadores taryanos les habían cedido hace décadas debido a sus hazañas en la guerra contra los azagaros.
Los rugiones saquean Tarya |
Muchos de los pobladores del Imperio buscaron protección en los bárbaros ya asentados dentro de las fronteras ya que al funcionar de base como regímenes semi-independientes aguantaron mejor el desmoronamiento imperial. Muchas ciudades intentaron funcionar por sí mismas, convirtiéndose efectivamente en ciudades estado, aunque en la mayoría de casos fracasaron, fueron arrasadas, fueron conquistadas o simplemente fueron abandonadas por sus residentes para huir a la relativa seguridad del campo. Y no hay que olvidar que muchos ciudadanos taryanos acabaron bajo el mando de estos nuevos conquistadores, a veces con trato más o menos amable y otras en situaciones totalmente despreciables. Tarya, la capital del Imperio, fue saqueada repetidas veces y tomada como capital por los propios rugiones. Y pese a todo la llama de los taryanos no se había extinguido.
En la región de Transarmónica, no especialmente lejos de la capital caída, un anciano patricio urdía un plan. Este era Andronico Argenteo, heredero terciario de la linea imperial, un hombre de escasa importancia política pero de cierto prestigio social que hasta el momento apenas tenía unos cargos menores en la corte imperial. Andronico movió ficha con suma cautela, usando sus ejércitos de mercenarios y clientes para asegurar su tierra y proteger a las de alrededor. Poco a poco montó un pequeño reino, un baluarte de estabilidad en el que insistió en mantener todas las costumbres taryanas. Protegió a varios de los patriarcas del Culto del León Dorado, se aseguró de mantener a miembros del Colegio Refulgente entre sus filas e incluso creó un pequeño senado a imagen del Senado Imperial. Pero esta defensa de 'lo taryano' no le llevó a despreciar a los bárbaros, todo lo contrario: intentó aliarse con ellos siempre que podía y no dudó en intentar montar lazos estables con los enanos Yazra, los más antiguos aliados del Imperio. Andronico, hombre al fin y al cabo, murió pero no así su legado: su hijo, Servio Argénteo, continuó la obra de su padre durante años.
Servio Argenteo (C) pacta con Gaufrido, caudillo de los elbios (B) para hacer una alianza. Al fondo, guerreros thingir (A) y soldados taryanos (D). |
Desde entonces el Imperio se ha ido expandiendo sin parar, aunque de forma lenta e inestable. En muchos casos los antiguos reinos surgidos de nobles taryanos acogieron con gusto el nuevo dominio imperial. En otros los reinos mísculos (los reinos 'mestizos' de bárbaros mezclados con taryanos) aceptaron condiciones de vasallaje justas e hincaron la rodilla ante el Emperador e incluso algunos dominios eminentemente bárbaros, donde las culturas thingir o atmana se había mantenido más o menos puras, acabaron por portar el estandarte del León y el Fénix a la batalla. No todo fue un camino de rosas, ni mucho menos: en muchos casos las guerras, conquistas y batallas fueron la única manera de expandir este imperio reforjado. La mayor amenaza a la que se tuvo que enfrentar este 'nuevo' Imperio Taryano, antes de la ominosa llegada de las naves negras, fue a la invasión de los gomoghar. Esta tribu nómada del este, abiertamente adoradora del Caos, causó estragos en las fronteras orientales del Imperio hace más o menos un siglo. Los gomoghar sólo pudieron ser expulsados gracias a los esfuerzos conjuntos de taryanos y sus aliados, especialmente mísculos y atmanos. Los gomoghar, vencidos pero no derrotados, huyeron al este pero la guerra había sido tan cruenta que prácticamente nadie la consideró una victoria. Las autoridades imperiales se vieron obligadas a crear una nueva provincia, los Campos Gomogares, una región devastada que el Imperio se lanzó rápidamente a colonizar y defender por si acaso los malvados jinetes volvían con venganza, aunque es una región de mala fama y la mayoría de ciudadanos imperiales intentan evitarla. Aunque en estos cien años se han rechazado asaltantes gomoghares, nunca han vuelto en tanto número como en los tiempos antiguos, algo que los taryanos celebran a medias: siguen habiendo gomoghares en el este y sólo los dioses saben que pasará cuando se vuelvan a unir como en el pasado.
Triunfo de Justinius II Fénice, actual emperador, tras la derrota de los caóticos iganes. |
Y hasta aquí la entrada de hoy. Espero que os haya gustado.
¡Nos leemos!
Muy buena la entrada y da mucho contexto enriquecedor para los PJ's. Quien sepa algo de historia identifica a la primera ciertos hechos, pero para mí la mejor ficción es tomar algo real y retorcerlo.
ResponderEliminarComo jugador de Avarnia, agradezco mucho este aporte.
Genial, me encanta que te guste. A mi también me gusta basarme libremente en cosas y luego modificarlas a mi gusto (al fin y al cabo estoy escribiendo fantasía). Creo que así se consigue que 'resuene' en la gente ya que se entienden algunas referencias.
EliminarTengo otras ideas pensadas pero aún tengo que desarrollarlas y tienen que pasar la censura khalifal.
¡Gracias por comentar!
Los nombres son estupendos, muy creíbles, ¡me encanta!
ResponderEliminarEso en su mayor parte es gracias a Kha. Pero el tándem filólogo+historiador desde luego ayuda a estas cosas.
Eliminar¡Gracias por comentar!