Los elfos de Warhammer son una raza bastante curiosa. Se alejan del estereotipo de 'comeflores' que les dan en otras ambientaciones y tienen un legado mucho más similar al de Tolkien. Básicamente se dividen en tres grupos: los altos elfos, los originales, que son un trasunto de elfos noldor que viven en su alejada isla donde se dedican a ser estirados, sabios y a matarse entre ellos porque tienen un poco de mala leche, los elfos silvanos, que son los herederos de los altos elfos que se 'quedaron atrás' en el Viejo Mundo cuando los enanos literalmente les tiraron al mar y, finalmente, los elfos oscuros. Estos nacieron de escindirse de los altos elfos por una pedazo guerra civil que aún no se ha solucionado y son tirando a malos. Pero mucho. De hecho las primeras miniaturas que tuvieron los elfos oscuros fueron las de los Melniboneses que hacía GW antes de terminar su contrato con Moorcock, para haceros una idea.
El tema es que, pese a mis ideas de brocha gorda seguramente influidas por mis opiniones profundamente pro-enanas, los elfos en el Viejo Mundo son mucho más interesantes de lo que podría parecer en un primer momento. Y como todo buen juego con muchos años de historia al final se han ido creando tremendas inconsistencias entre unas versiones y otras. Y al final, como hacen todos los directores de juego, acabas jugando con 'tu versión de la casa', que pueda que sea mejor o peor que otras pero la cosa es que es la tuya y, al final, la de tus jugadores. Y en esta entrada voy a destilar un poco cual es 'mi' versión de los Elfos del Viejo Mundo, la que usaría en 'mi' Warhammer.
Los elfos del Viejo Mundo
Aunque la mayoría de imperiales meten a todos los elfos en el mismo saco (y bien que hacen, aseguran la enorme mayoría de los enanos) en realidad los elfos residentes en el Viejo Mundo son bastante variados. Los elfos no son muy dados a hablar de sus orígenes salvo con verdaderos amigos por lo que la mayoría de gente que tiene trato formal con los elfos no suele saber exactamente de donde es su compañero de orejas picudas salvo que sea algo muy evidente. Esto es real incluso en el caso de los grupos de aventureros y este secretismo suele sacar de quicio al resto de compañeros, algo que no ayuda a mejorar la ya de por si extraña fama que tiene este pueblo. Pero los elfos, volviendo al tema de antes, son bastante variados y tienen bastantes orígenes posibles. Lo primero que hay que calificar es si los elfos son altos elfos o elfos silvanos. Aunque racialmente son casi indistinguibles culturalmente los dos grupos son muy distintos en la mayoría de elementos importantes. Es evidente que ambos comparten una cultura común pero han divergido tanto con el paso de los milenios que las diferencias son, en algunos casos, insalvables. Aún así ambos se reconocen como elfos y suelen preferir su compañía a la de otras razas, uno de esos rasgos comunes que aún mantienen.
Los altos elfos son la tremenda minoría de entre los elfos del Viejo Mundo. Ulthuan, su isla nativa, se encuentra muy lejos y los elfos decidieron hace milenios que el Viejo Mundo no era para ellos. Con el auge de los humanos los altos elfos fueron cambiando de idea y poco a poco fueron interesándose más por los asuntos de los hombres. Pero claro, el 'poco a poco' de los hombres y de los elfos varía mucho y no fue hasta el año 2150 del Calendario Imperial que los altos elfos de Ulthuan regresaron al Viejo Mundo. En la megalópolis de Marienburgo formaron un pequeño asentamiento propio donde residen la gran mayoría de altos elfos del Viejo Mundo. Estos elfos son conocidos como 'elfos marinos', ya que forman parte de los clanes y familias élficas de Ulthuan relacionadas con el mar, el comercio y la navegación. Cuando Marienburgo se escindió del Imperio los altos elfos de estos clanes decidieron no crear tensiones y enviar una pequeña delegación a Altdorf, la capital imperial, donde crearon otro pequeño barrio propio, aunque este es mucho más humilde que el de Marienburgo y no tiene salida directa al mar, algo que agobia bastante a estos. Pero, si bien son la mayoría, estos elfos marinos no son los únicos altos elfos del Viejo Mundo. Por aquí y por allá, en enclaves minúsculos que generalmente no llegan al centenar de habitantes, se encuentran pequeños resquicios de elfos que jamás dejaron el Viejo Mundo, o que volvieron a recobrar lo que consideraban que era suyo, pero que no rechazaron su cultura ni sus costumbres. Estos enclaves son escasísimos y siempre son secretos. Sólo se conoce con seguridad uno, Tor Anroc, el hogar original del héroe Gilead Lothain y del que no duda en hablar, si bien nunca ha desvelado la localización exacta de estas ahora ruinas. Se cree que pueden haber algunos enclaves más repartidos por el Viejo Mundo aunque no se sabe con seguridad. Estos elfos suelen ser tremendamente aislacionistas y suelen vivir vidas ajenas al resto del mundo, aunque a veces algunos se ven obligados a abandonar sus hogares y a recorrer los caminos del Viejo Mundo.
Por otro lado nos encontramos los elfos silvanos. Estos son, obviamente, la mayoría en el Viejo Mundo aunque esto no quiere decir que sean un pueblo muy común. Los elfos silvanos se dividen en tres grandes grupos: los de Athel Loren, los de Laurelorn y los de los clanes menores. Athel Loren es un reino cerrado y aislacionista que se encuentra en el oeste de Bretonia. Los elfos de Athel Loren son los indiscutidos amos de esta tierra y jamás suelen abandonarla. Apenas tienen relaciones diplomáticas con los reinos de alrededor, contentándose con alejar a los intrusos (e incluso visitantes ocasionales) o incluso expulsarlos de forma violenta de ser necesario. Los elfos de Athel Loren no se andan con chiquitas y no tienen miedo a la hora de derramar sangre inocente si consideran que alguien está profanando sus tierras sagradas. Los elfos de Laurelorn, un bosque más pequeño que se encuentra en las tierras de Nordland en el Imperio, son tan aislacionistas como sus primos de Athel Loren pero de una manera más sutil y civilizada. Si bien parece que los elfos de Athel Loren rechazaron gran parte de su herencia cultural los de Laurelorn aún guardan buenas dosis de la misma y a los ojos inexpertos un elfo de Laurelorn y un alto elfo son prácticamente indistinguibles. Pero los elfos de Laurelorn son misteriosos y extraños, hablan con acertijos y nunca se sabe si vienen o van. La Reina de Laurelorn manda emisarios de vez en cuando para tratar temas de importancia con nobles o incluso con el propio Emperador. En Laurelorn también se está sorprendentemente al día de los asuntos del Viejo Mundo por lo que muchos sospechan que la mayoría de aventureros elfos que viajan son siervos de la Reina de Laurelorn, recabando información sobre el mundo para más tarde entregársela. Finalmente existen pequeños clanes de elfos desperdigados por los bosques del Viejo Mundo, especialmente en el muy boscoso Imperio. Estos clanes suelen ser pequeños, de apenas un par de decenas de personas, y generalmente nómadas. Estos clanes suelen ser bastante variados, algunos siendo prácticamente altos elfos y otros siendo incluso más extraños que los elfos de Athel Loren.
Los elfos jamás se asientan en las tierras de los hombres, salvo los extraños casos de las elferías de Marienburgo o Altdorf (aunque ellos, debido a sus largas vidas, nunca lo ven como un asentamiento definitivo, siempre es algo 'temporal', aunque esto implique que sea un par de siglos). No ayuda que los imperiales sientan hacia ellos emociones muy intensas que van desde la alabanza o el fetichismo exótico hasta el abierto odio mordaz. Los sentimientos de los elfos tampoco son mejores: sienten un desprecio natural hacia las 'razas jóvenes' y su antipatía para con los enanos es mutua. Por esta misma razón nunca se encuentran elfos viviendo con normalidad entre los hombres y, si lo hacen, siempre suelen dejar claro que es algo temporal. No es extraño que un mago elfo, por ejemplo, se quede 'un breve periodo de tiempo' (que puede incluso llegar hasta alguna década) compartiendo sus conocimientos en alguno de los Colegios de la Magia pero tarde o temprano partirá. Los elfos que se alejan de sus costumbres acaban por generar la compulsión de viajar y de volver con los suyos. La mayoría de elfos ancianos entiende que algunos elfos 'jóvenes' tienen que viajar y ver mundo, pues está en su naturaleza de pueblo explorador y aventurero, pero sólo esperan que vuelvan a sus cabales y vivan con el resto de elfos, que es donde tienen que estar. Y por una vez muchos enanos estarían de acuerdo con ellos.
Elfos de un clan menor (Elfos silvanos)
Esta cultura es la 'estándar' en reglas de elfos silvanos. Simplemente cambia la habilidad Hablar idioma (Eltharin) por Orientación.
Elfos de Athel Loren (Elfos silvanos)
Esta cultura utiliza prácticamente las mismas reglas que las de los Elfos Silvanos estándar pero con un par de cambios: Cambia la habilidad Hablar idioma (Eltharin) por Hablar Idioma (Bretoniano o Reikspiel) ya que los elfos de Athel Loren no conocen el Reikspiel de forma estándar como el resto de elfos. Además cambia el talento 'Leer y Escribir o Muy Resistente' por 'Leer y Escribir o Puntería'. Sí, son así de buenos arqueros. Como contra los elfos de Athel Loren ganan los rasgos psicológicos Animosidad (No elfos) y Prejuicios (Altos elfos). Son un pueblo muy aislacionista.
Talentos: Clarividencia o Intrigante, Errante o Vigilancia, Leer y Escribir, Sentidos desarrollados (vista), Visión nocturna.
Y con esto acabaría mi visión sobre los elfos. No es nada distinto a lo habitual del Viejo Mundo, sólo una mezcla de las distintas cosas que se han ido contando sobre los elfos a lo largo de estas décadas y pasado por mi tamiz. Además de con algunas reglas más, que siempre es divertido. Y alguno lo habéis inferido: habrá una entrada sobre enanos, ¡claro que la habrá! Sea como sea espero que os haya gustado.
Por otro lado nos encontramos los elfos silvanos. Estos son, obviamente, la mayoría en el Viejo Mundo aunque esto no quiere decir que sean un pueblo muy común. Los elfos silvanos se dividen en tres grandes grupos: los de Athel Loren, los de Laurelorn y los de los clanes menores. Athel Loren es un reino cerrado y aislacionista que se encuentra en el oeste de Bretonia. Los elfos de Athel Loren son los indiscutidos amos de esta tierra y jamás suelen abandonarla. Apenas tienen relaciones diplomáticas con los reinos de alrededor, contentándose con alejar a los intrusos (e incluso visitantes ocasionales) o incluso expulsarlos de forma violenta de ser necesario. Los elfos de Athel Loren no se andan con chiquitas y no tienen miedo a la hora de derramar sangre inocente si consideran que alguien está profanando sus tierras sagradas. Los elfos de Laurelorn, un bosque más pequeño que se encuentra en las tierras de Nordland en el Imperio, son tan aislacionistas como sus primos de Athel Loren pero de una manera más sutil y civilizada. Si bien parece que los elfos de Athel Loren rechazaron gran parte de su herencia cultural los de Laurelorn aún guardan buenas dosis de la misma y a los ojos inexpertos un elfo de Laurelorn y un alto elfo son prácticamente indistinguibles. Pero los elfos de Laurelorn son misteriosos y extraños, hablan con acertijos y nunca se sabe si vienen o van. La Reina de Laurelorn manda emisarios de vez en cuando para tratar temas de importancia con nobles o incluso con el propio Emperador. En Laurelorn también se está sorprendentemente al día de los asuntos del Viejo Mundo por lo que muchos sospechan que la mayoría de aventureros elfos que viajan son siervos de la Reina de Laurelorn, recabando información sobre el mundo para más tarde entregársela. Finalmente existen pequeños clanes de elfos desperdigados por los bosques del Viejo Mundo, especialmente en el muy boscoso Imperio. Estos clanes suelen ser pequeños, de apenas un par de decenas de personas, y generalmente nómadas. Estos clanes suelen ser bastante variados, algunos siendo prácticamente altos elfos y otros siendo incluso más extraños que los elfos de Athel Loren.
Los elfos jamás se asientan en las tierras de los hombres, salvo los extraños casos de las elferías de Marienburgo o Altdorf (aunque ellos, debido a sus largas vidas, nunca lo ven como un asentamiento definitivo, siempre es algo 'temporal', aunque esto implique que sea un par de siglos). No ayuda que los imperiales sientan hacia ellos emociones muy intensas que van desde la alabanza o el fetichismo exótico hasta el abierto odio mordaz. Los sentimientos de los elfos tampoco son mejores: sienten un desprecio natural hacia las 'razas jóvenes' y su antipatía para con los enanos es mutua. Por esta misma razón nunca se encuentran elfos viviendo con normalidad entre los hombres y, si lo hacen, siempre suelen dejar claro que es algo temporal. No es extraño que un mago elfo, por ejemplo, se quede 'un breve periodo de tiempo' (que puede incluso llegar hasta alguna década) compartiendo sus conocimientos en alguno de los Colegios de la Magia pero tarde o temprano partirá. Los elfos que se alejan de sus costumbres acaban por generar la compulsión de viajar y de volver con los suyos. La mayoría de elfos ancianos entiende que algunos elfos 'jóvenes' tienen que viajar y ver mundo, pues está en su naturaleza de pueblo explorador y aventurero, pero sólo esperan que vuelvan a sus cabales y vivan con el resto de elfos, que es donde tienen que estar. Y por una vez muchos enanos estarían de acuerdo con ellos.
Los elfos en reglas
El manual de la 4ª edición de Warhammer ya hace un buen trabajo para diferenciar los elfos pero aquí simplemente expandiremos ese trabajo. Hay dos culturas élficas pero aquí presentamos cinco.
Tipos de elfo y porcentajes en el Imperio
Al escoger una de tus 'razas' de elfo puedes escoger aleatoriamente de qué cultura procedes. Aunque decidas ignorarlo te puede servir para ver más o menos los porcentajes de estos tipos de elfo en el Imperio.
Altos elfos: Elfo marino (01-97), Elfo de enclave menor (98-00).
Elfos silvanos: Elfo de Laurelorn (01-70), Elfo de clan menor (71-97), Elfo de Athel Loren (98-00).
Elfos e idiomas
Una cosa que me descuadra un poco de esta edición es que elfos y enanos tengan que 'comprar' sus idiomas como habilidades pero que el reikspiel lo den por hecho. En mi versión considero que elfos y enanos tienen por defecto sus idiomas (igual que el reikspiel) ganando una habilidad más por defecto, que luego lo añadiré. Se da por hecho que todos los elfos conocen el Eltharin de la misma manera que el Reikspiel.
Elfos marinos (Altos Elfos)
Esta cultura usa las mismas habilidades y talentos que las de los altos elfos, pero cambia Hablar idioma (Elthrain) por Hablar idioma (Tierras Desoladas).
Elfos de un enclave menor (Altos Elfos)
Habilidades: A distancia (Arco), Animar (Cantar), Cuerpo a Cuerpo (Básico), Frialdad, Mando, Orientación, Percepción, Supervivencia, Intuición, Seguir rastros, Hablar idioma (Clásico), Investigar.
Talentos: Clarividencia o Sexto sentido, Espabilado o Sangre fría, Leer y escribir, Sentidos desarrollados (Vista), Visión nocturna
Esta cultura es la 'estándar' en reglas de elfos silvanos. Simplemente cambia la habilidad Hablar idioma (Eltharin) por Orientación.
Elfos de Athel Loren (Elfos silvanos)
Esta cultura utiliza prácticamente las mismas reglas que las de los Elfos Silvanos estándar pero con un par de cambios: Cambia la habilidad Hablar idioma (Eltharin) por Hablar Idioma (Bretoniano o Reikspiel) ya que los elfos de Athel Loren no conocen el Reikspiel de forma estándar como el resto de elfos. Además cambia el talento 'Leer y Escribir o Muy Resistente' por 'Leer y Escribir o Puntería'. Sí, son así de buenos arqueros. Como contra los elfos de Athel Loren ganan los rasgos psicológicos Animosidad (No elfos) y Prejuicios (Altos elfos). Son un pueblo muy aislacionista.
Elfos de Laurelorn (Elfos silvanos)
Habilidades: A distancia (Arco), Animar (Cantar), Cuerpo a Cuerpo (Básico), Frialdad, Mando, Percepción, Perspicacia, Carisma, Supervivencia, Seguir rastros, Movimiento silencioso (Rural), Cotilleo.Talentos: Clarividencia o Intrigante, Errante o Vigilancia, Leer y Escribir, Sentidos desarrollados (vista), Visión nocturna.
¡Nos leemos!
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