Existe un lugar en ninguna parte, cerca de donde mora el sueño pero lejos de los latidos del corazón, donde toda palabra que se haya escrito es recogida. Desde la más obscena pintada callejera hasta el más sublime libro sagrado, todas las palabras que son escritas acaban apareciendo aquí. Y es que la escritura, aunque muy pocos lo saben, tiene una capacidad intrínsecamente mágica. Permite captar sonidos y transformarlos en garabatos, y aunque todo el mundo está acostumbrado a utilizarla, o al menos a conocerla, no por ello resulta menos asombrosa. Pero nos desviamos del tema. Este lugar donde todo lo escrito acaba por ser registrado es conocido por muchos nombres, tantos como Planos pueden encontrarse en el Multiverso. Algunos lo llaman Donde duerme la sabiduría mientras que otros la conocen como El palacio de las palabras. Se de buena tinta que en las oscuras cavernas de Arx este lugar es conocido como la Cámara de las Estrellas (aunque no me preguntes la razón). Pero todos los eruditos planares la acaban conociendo como, simplemente, la Biblioteca de los Planos.
La Biblioteca de los Planos es un curioso lugar donde el tiempo y el espacio no ejercen un dominio claro. A veces es vieja biblioteca plagada de estanterías que no tienen fin mientras que otras es un bosque repleto de árboles con escrituras talladas en sus gruesas cortezas. Lo más desconcertante es que suele ser varias cosas al mismo tiempo, a la vez que no es ninguna de ellas por completo. La única realidad en este lugar es que todo lo que haya sido escrito está siendo recopilado. A veces misteriosas figuras veladas hacen de amanuenses y se las puede encontrar escribiendo con sus perfectas letras sobre páginas pulcras de libros que no parecen tener fin. Otras veces se pueden ver como cañas de madera afilada, aparentemente dotadas de vida propia, hacen certeras incisiones en tablillas de barro aun por cocer. Runas que brotan de las paredes, pictogramas que aparecen en nubes o posos de te que forman palabras. Independientemente de su formato, todos estos escritos están recogidos en el extraño lenguaje propio de la Biblioteca, un lenguaje que al leerlo nos transmite la verdadera esencia de las palabras y su significado real, sea cual sea este.
Dos buscadores de saber se adentran en una encarnación bastante mundana de la Biblioteca |
No es de extrañar que aquellos que conocen tan fantástico lugar estén deseosos de descubrir sus secretos, que a la fuerza tienen que ser muchos. Y aunque la Biblioteca no tiene guardianes parece que se las apaña muy bien sola, gracias. Solo unos pocos privilegiados pueden llegar a acceder a la Biblioteca y cuando lo hacen sólo pueden leer aquello que esta quiere que lean. Esto hace creer a los eruditos planares que la Biblioteca es una entidad pensante, un ser inteligente que tiene sus razones para hacer todo lo que hace. Pero de ser así la Biblioteca nunca se ha comunicado con nadie ni tampoco ha expresado la causa de sus acciones. Sabidos, filósofos y sacerdotes intentan encontrar una respuesta, pero mientras tanto la Biblioteca continúa con su inmensa labor de recopilación, sin pausa, sin descanso, sin errores.
Durante toda mi vida me he dedicado a soñar con la Biblioteca. Hay algo en ella que me llama, que me retiene y que no me permite parar de pensar. La Biblioteca recopilar información a una velocidad apabullante, pero aún así hay tantos mundus que no puedo saber con certeza cuanto trabajo tiene por delante. Pero aun así... ¿Que pasará cuando todo lo que haya sido escrito sea recopilado? ¿Que pasará cuando todo lo escrito tenga su copia en la Biblioteca? ¿Que pasará cuando la Biblioteca haya finalizado su labor?
¿Realmente quiero saberlo?
Arminius, sabio planar de la Torre de Plata de Átropos
No hay comentarios:
Publicar un comentario