jueves, 6 de agosto de 2015

Estrenando Deadlands

Puede que esta entrada os resulte extraña, o incluso intrascendental, pero tenía que hacerla. Hoy (bueno, al haber publicado la entrada más tarde, realmente lo hice ayer... ¡Tanto da!) por fin he podido jugar mi primera partida de Deadlands, al menos como director. Como he salido bastante contento (tanto yo como los jugadores) voy a hacer una pequeña crónica de la misma. La partida jugada ha sido Comin' round the mountain, la aventura introductoria del Deadlands original y que me recomendó (¡y muy acertadamente!) Alfonso García. Logicamente habrán revelaciones de la trama de la misma en este actual play, así que si planeas jugarla... ¡No leas más! Bueno, puedes leer los personajes si quieres, ¡pero ya más no! Que te veo.

Lo primero fue crear los personajes. Entre pitos y flautas nos llevó un buen rato, pero salió una panda bastante curiosa (y sorprendentemente eficiente, algo que me sorprendió contando que todos eran nuevos en el sistema). Este es nuestro grupo:
  • Sid Ivers. Un pobretón mestizo medio indio interesado en su pasado, pero con una educación francamente eficiente. Lo único que ha aprendido es a manejar las pistolas, algo que hace bien, muy bien (tanto que incluso se da un poco de miedo... Por lo que es bastante pacífico y sólo levanta las armas para defensa propia o de sus amigos). El tirador del grupo, curiosamente, siempre juntos con sus dos revólveres. 
  • Randy Foster. Un trampero analfabeto y manazas, buen rastreador y grandote. Es un tipo de campo que hace un poco de todo lo relacionado con el monte. Pese a todo tiene cierto lado siniestro, y la gente a su alrededor suele morir de forma horrible. Le tiene mucho amor a su escopeta recorada.
  • Lion Jackson. Un médico militar retirado acostumbrado, al combate, leal y honorable, pero inexperto en temas del Extraño Oeste. No es mal tirador, pero esa no es su principal cualidad. Es bastante simpático y viaja al Oeste para buscar usos terapéuticos de la piedra fantasma. 
  • Satsuma Shinzei. Un ronin japonés que huyó del país después de participar en la rebelión Satsuma y en las guerras Boshin...Siempre en el bando perdedor. Huyó a Estados Unidos para seguir perfeccionando sus habilidades. Viaja con su katana y sus extraños poderes gracias a su comprensión del Camino (tiene Chi Mastery, básicamente).
La partida comienza con todo el grupo cruzando las Montañas Rocosas de camino a Salt Lake City desde Denver, en un tren de una pequeña compañía (Denver-Pacific). Están a finales de otoño y es el último tren antes de que las vías se cierren por las nevadas. Hace frío y todo está recubierto de una fina capa de nieve. Viajan con una compañía bastante normalita entre esposas por correo, familias y demás. Lo único destacable es un tipo bien vestido que de vez en cuando se pasea por los vagones de atrás sin ser parte de la tripulación, pero tampoco es algo tan extraño. Como no fueron demasiado curiosos, tampoco se enteraron de que estaban pasando cosas hasta que fue demasiado tarde. A Randy se le ocurrió mirar por la ventana y descubrió que dos de los vagones de cola (el del equipaje y el de la tripulación) se habían soltado. Antes de poder preguntarse que leches pasaba escucharon una tremenda explosión que acabó con su tren descarrilando. El trampero fue lo bastante ágil como para conseguir saltar por la ventana sin sufrir daños, pero el resto del grupo se metió una buena leche aunque, para su suerte, mis tiradas de daño fueron horribles y no pasó nada. 

Cuando consiguieron reponerse un poco del susto y comenzaron a ayudar a la gente a salir escucharon que un grupo se acercaba. Intentaron emboscarlos entre los vagones volcados, pero el grupo era bastante numeroso y los emboscadores fueron emboscados... O así habría sido, de no ser por que uno de los personajes se dio cuenta... Y empezó el tiroteo.

La verdad es que el tiroteo entre los vagones fue bastante genial. El samurai se lanzó hacia los enemigos, pero el trampero desjarretó a dos en un solo turno (y es que los dos cañones son terribles...) dejándole de base sin ningún oponente, aunque más vendrían. Por otro lado el pistolero indio, en cuanto supo que los enemigos iban a muerte, empezó a disparar y también eliminó a dos enemigos en un solo turno. Finalmente el médico, viendo que no tenía demasiadas posibilidades en su situación, consiguió subirse a uno de los vagones y desde allí metió un certero disparo a uno de los enemigos, que también cayó abatido. Los enemigos no hicieron demasiado y finalmente el samurai consiguió dar cuenta de uno de ellos casi partiéndolo por la mitad. El mestizo quería pillar algún prisionero, así que disparó con certeza y consiguió quitarle el revolver de la mano a uno de los pistoleros... Aunque fue un tanto inútil, ya que uno de los bandidos que estaba llegando tiró un cartucho de dinamita para cubrir su retirada, que justo al rebotar dejó conmocionado al tirador... Pero le hizo algo mucho peor a su amigo bandido recientemente desarmado. Aunque intentaron perseguirlos, los bandidos tenían caballos y consiguieron huir. Acabaron con un lío bastante gordo, pero al menos estaban casi todos vivos... Salvo los conductores y algún pasajero, claro.

Una vez creado un pequeño campamento, el grupo decidió ir a ver que leches había pasado con el resto del tren. El médico se quedó atendiendo a los heridos, por lo que no participó en esta parte de la aventura (su jugador se tuvo que ir y el momento no pudo ser más apropiado, trasfondisticamente hablando). Fueron acompañados por una chiquilla pija que buscaba recuperar algunas pertenencias, pero allí descubrieron cosas bastante chungas... Los dos vagones estaban llenos de sangre, y del de equipaje había una extraña caja de madera que parecía haberse roto desde dentro. Todo estaba lleno de sangre, y había unas extrañas huellas, como de tacones (pero sin suela) alrededor de la nieve. El rastro se perdía en el bosque, pero la noche se acercaba y entre el frío y la poca luz no se podía ver nada, por lo que decidieron volver al campamento a esperar a la mañana (aunque el samurais insistía en ir a buscar al ser por la noche, fuera lo que fuera). Durante la noche no pararon de escuchar cosas raras, como pequeños movimientos de tierra, por lo que el grupo se mantuvo unido temiéndose lo peor. Pero, por suerte, esto no pasó.

A la mañana siguiente, a las primeras luces, el grupo al completo comenzó su bajada hacia Denver, ya que adentrarse en las Rocosas era un tanto locura. Cuando pasaron por los vagones descarrillados dejaron al resto de accidentados y se lanzaron a seguir el rastro (y les acompañó una periodista en ciernes para enterarse de que pasaba). Se fueron adentrando en un bosque cada vez mas quieto y siniestro, donde sus pisadas en la nieve eran el único sonido que resonaba. Finalmente llegaron hasta a un pequeño claro que a los pies de una colina en la que había una pequeña cueva... Antes de adentrarse en la cueva se dieron cuenta de que la tierra del claro estaba removida... ¡Demasiado tarde! Un grupo de cadáveres de gente que reconocieron como los desaparecidos del tren e incluso algún forajido se levantó para atacarlos. Pero aunque sus cuerpos se movían (y con cierta gracilidad similar a la de una marioneta) sus cabezas seguían totalmente flácidas, muertas. Esta escena inquietante hizo que tanto el samurai como el trampero se quedaran parados, aunque el mestizo y, sorprendentemente, la muchacha se quedaron igual y empezaron a disparar. El mestizo consiguió acertar a uno de los cadáveres andantes en el pecho, momento en que saltó de él una horrible especie de araña de seis patas del tamaño de un gato que parece que se escondía dentro del cadáver. Además de ser asqueroso parecía bastante peligrosa, por lo que el trampero consiguió sobreponerse y le disparó con su fiel escopeta... Con los resultados esperados. Los arácnidos demostraron ser más peligrosos de lo que parecían disparando un horrendo líquido a las caras de los PJ, pero unas tiradas de Vigor muy altas les permitió evitar los efectos nocivos del ataque (que les habría puteado... mucho), Sea como fuere el samurai se lució en este combate y en tres turnos consiguió matar a cuatro de estos seres partiendolos por la mitad (matando tanto al arácnido como a su 'anfitrión') con unas tiradas de daño bestiales. Por otro lado el resto del grupo estuvo bastante flojo y el mestizo sufrió un golpe que casi le deja fuera de combate... Para siempre. Finalmente dieron cuenta de los asquerosos seres, pero las huellas demostraban que uno mucho más grande habitaba en la cueva. Y aquí viene lo bueno.

Los PJ idearon un plan para sacar al monstruo. Hicieron una pequeña hoguera en la entrada de la cueva y pusieron al pistolero herido (que gracias a sus rudimentarios conocimientos de medicina se había conseguido curar las heridas... No era tan grave como parecía) a meter humo dentro con una manta (al grito de '¡Indio, haz señales de humo!'). Mientras el samurai esperó preparado en la puerta de la cueva, actuando tanto como cebo como muro de contención. Finalmente el trampero consiguió encontrar un pequeño recodo encima de la cueva (¡Esa habilidad de Trepar!) y esperó con su escopeta a que el bicho saliera. Finalmente el monstruo consiguió esconderse lo suficiente como para asaltarles de sorpresa, pero su disparo líquido ni siquiera acertó. De todas maneras se lanzó a por el samurai, que era el que tenía delante, pero este pudo esquivar las potentes mandíbulas del gigante arácnido (cuyas patas medían mas de un metro, cada una) por los pelos (gracias a que había activado su poder 'Desvío') en el último segundo. El monstruo se encontraba luchando contra el samurai, por lo que no pudo ver como el trampero le disparaba casi a bocajarro con ambos cañones de su escopeta. Esta tirada de disparar (bastante decente, por cierto) vino acompañada de una de las tiradas de daño más salvajes que he visto en el Savage Worlds. No es que el monstruo muriera, es que apenas quedó nada de él del pedazo tiro. Una emboscada bien planeada que tuvo su recompensa.

El grupo volvió entonces con el resto de accidentados, que empezaron una penosa marcha hasta la siguiente parada de ferrocarril que les llevaría varios días... Y así acabó todo.

La verdad es que la partida fue bastante sobre ruedas. Los jugadores han salido contentos y yo salgo con la misma sensación que tengo siempre después de dirigir Savage (que es un juegazo rápido, sencillo, profundo, divertido y cómodo... ¡Perfecto!). Tenemos ganas de continuar la campaña, aunque tristemente creo que no va a durar mucho ya que dos de los jugadores se van en Septiembre y será difícil encontrar reemplazos... ¡Pero todo se intentará!

Bueno, espero que este peñazo os haya resultado interesante o, al menos, ameno.

¡Nos leemos!

10 comentarios:

  1. Me alegro de que fuese todo bien :)

    Esa aventura es muy entretenida.

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    1. Sí, la verdad es que me encantó al leerla y al jugarla funciona muy bien. Me encantó como solucionaron el problema de la cueva, no me lo esperaba para nada (y al buen plan le acompañaron buenas tiradas, que también es importante).

      ¡Gracias por comentar!

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  2. La verdad es que la partida quedó muy épica, y todos los jugadores tuvieron su momento estelar - aunque el chiflado de la escopeta era el que más se lució con diferencia.

    Sobre Satsuma Shinzei, yo creo que en la guerra Boshin estuvo en el bando ganador (la alianza Satcho), pero luego vino la revuelta de Takamori Saigo y no pudo hacer otra cosa que unirse, por lo que habría que preguntarse, ¿como sobrevivió a la batalla final, si se supone que todos los samurai murieron?

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    1. Hice recuento y en realidad abatió a 5 enemigos, más o menos igual que tu espadachín o que el pistolero mestizo. Aunque claro, uno fue el enemigo final, pero con esa tirada de ataque habría matado hasta a un T-Rex protagonista.

      Yo me alegro de que os gustara y a ver si podemos continuarla en lo que te queda de estancia por acá.

      Y sobre lo de Shinzei... ¿Quien sabe?

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  3. ¿Con qué sistema? ¿Clásico o Savage World? Supongo que este último... el otro era muy lento.

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    1. Sí, con el Reloaded (la versión Deadlands de Savage Worlds, vaya). El viejo parece molar, pero si que tiene pinta de ser lento de la leche. Creo que, a la larga, mejor el Savage para esta ambientación tan macarra.

      ¡Gracias por comentar!

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  4. Me ofrezco como reemplazo! Muy interesante tu relato Nirkhuz, precisamente yo tuve la oportunidad de jugar mi primer Savage Worlds hace dos semanas, con los compañeros del blog Battles and Bottles hemos empezado una pequeña campaña ubicada en su partícular Mundo Cruel. El sistema me ha enganchado al 100%. No he podido resistir la tentación de leerme toda tu narración y posiblementge me decida con Deadlands si me pongo a dirigir SW. Así que esta entrada tuya ha sido el detonante para que me ponga las pilas con el sistema, gracias!! Y lo dicho, si estuviese mas cerca ten por seguro que me apuntaba a tus partidas. Un saludo!!!

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    1. ¡Muchas gracias Miguel! Me alegra que te guste la entrada, ¡pero me alegra mucho más que te gustara el Savage! Es un sistema genial, rápido, divertido y sencillo, pero profundo y lleno de cositas. Deadlands es una ambientación también genial (seguramente la mejor ambientación del Savage) y tiene ideas para aburrir.

      Y lo de la distancia es una pena, pero poco hay que hacer en realidad... Bueno, me alegra leerte de nuevo.

      ¡Gracias por comentar!

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  5. Aunque por las prisas de a diario no comento tanto como me gustaría ya sabes que soy habitual de tu blog. ;)

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    1. Lo se, camarada Criamon, pero como siempre andas tan ocupado... Te cuento entre 'los míos', si te sirve de algo (o si acaso eso significa algo... xD)

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