Desde las cenizas I - Decadencia

De las cenizas es uno de esos 'Otros Mundos' de la Mirada del Centinela, aunque más que ser un universo alternativo es un posible futuro que nos traslada al 2030, donde Betlam se ha vuelto más oscura, fría y cruel, pues el Centinela ha muerto y nadie ampara ya a la ciudad. Pero, ¿cómo se ha llegado allí? Ahora lo veremos. Si planeas usar Centinela 2070 podría ser esta la causa de la desaparición del Centinela durante años, y también la de su perpetuación. O podrías hacer algo totalmente diferente, esto al gusto de cada uno. 

2008 - 2012 - Decadencia

Tras la muerte de Brian Wayland, todo fue cuesta abajo. La perdida del símbolo original hizo que el equipo se desestabilizara, pero continuó funcionando de manera más o menos estable aunque todo el mundo (en especial los detectives de la UCE y los criminales) comenzó a advertir que las actuaciones del Centinela son menos frecuentes y más violentas. Brooke Wayland, tras descubrir por boca de Leo Szilard la realidad sobre su abuelo, acabó por aceptarlo pero no supo como tratar con el Equipo, por lo que simplemente se dedicó a financiarlo mientras Goldfield (ahora el lider de hecho y derecho) y el resto hacían el trabajo del Centinela. En Marzo del 2009 Alison Meyer, una joven periodista del Betlam Times, comenzó a encontrar pruebas que demostraban que el Centinela no era el héroe que todos amaban, ya que contaba con varios asesinatos en su cuenta. Estas pruebas eran tan falsas como convincentes, así que el serio y profesional Betlam Times comenzó a publicar los articulos de Meyer sobre el Centinela. Aún así la opinión general trataba estos artículos como patrañas, el Centinela seguía siendo el noble protector de Betlam. El punto de inflexión lo encontramos en el 2012. Con la relativa ausencia del Centinela, los genex comienzan a tomar terreno, haciendo actuaciones cada vez más directas y peligrosas. Sus crímenes, antes poco más que disturbios barriobajeros, se han convertido en una red de delitos organizados con una misión, ¿Pero cual? Eso quiso descubrir Troy Sanders un frío y húmedo 29 de Octubre. 

Con el Huracán Sandy causando estragos, nadie caminaba por las calles de Betlam, pero el equipo del Centinela descubrió mucho movimiento cerca de la Wayland Manor. ¿Por qué ahí? ¿Por qué ahora? Cuando Numero 9 se acercó a comprobarlo, cayó en una emboscada de los genex. Estaba preparado para eso pero de entre ellos surgió la mole más enorme que había visto desde Troll, el Genex Supremo, como sus  esbirros le llamaban. El Genex Supremo luchó contra Sanders con una brutalidad desmedida, y entre lluvia y viento Numero 9 acabo por tener que retirarse, malamente. Cuando llego a la base nada pudieron hacer los tratados médicos y Sanders murió en la mesa de operaciones: había sido brutalmente machacado y apenas le quedaban huesos enteros, era sorprendente que pudiera haber vuelto hasta la base, pero el Secreto del Centinela se tenía que mantener. Christopher Bates, el Centinela Número 10, quedó consumido por la rabia y por la ira, y comenzó a planear su venganza al margen del resto del equipo. Cuando los genex volvieron a actuar, unos meses después, Número 10 se lanzó a por ellos con escaso apoyo del resto del equipo, que aun lloraba la muerte de Sanders. Goldfield, el único que podría haber detenido a Bates, estaba totalmente dedicado a entrenar al Número 11, Mark Wong, por lo que nada hizo. Cuando Bates llegó a la calle de Bayonne donde los genex estaban montando disturbios, comenzó a apalearlos con furia desmedida hasta que el Genex Supremo se personó. Esta mole no paraba de reir y decir que ya había vencido al Centinela una vez, y había tardado meses en recuperarse. Bates se lanzó a por él y de un sólo golpe mató al Genex Supremo, demasiado tarde para que el resto del equipo pudiera detenerle. Bates volvió a la base, dejó el traje y huyó, desapareciendo para siempre. 

Ahora la prensa ya tenía con que trabajar: El Centinela había matado a alguien a plena luz del día, y comenzó a sufrir una campaña de desprestigio enorme, que puso a la opinión pública en contra del que siempre había sido su protector. Si sólo esto no fuera suficiente como para hacer caer a una organización ya en las últimas, la desaparición de Número 9 y Número 10 llevaron al equipo a la práctica desaparición. Leo Szilard no pudo soportarlo más y abandonó todo el proyecto del Centinela, algo que todos se temían ya. Aún así los ideales de Wayland seguían en la cabeza de Wong, Fedora y, sobre todo, James Goldfield, que a principios de 2013 acabó por dar su visto bueno a Mark Wong, convirtiéndolo en Número 11. Aún quedaba algo de esperanza. No tardaría en desaparecer.