De toda la vida los hombres lagarto me han hecho tilín. Seguramente se debe a que la primera caja que me compré de Warhammer fue una de arqueros eslizones (de 5ª Edición), a la vez que mi hermano se compró una caja de guerreros saurios. Desde entonces siempre me hicieron gracia, pero siempre fueron el ejercito de mi hermano así que yo me centré en lo que realmente importa: los enanos. Pero aun así el concepto de reptilianos inteligentes se quedó en mi mente y de vez en cuando le daba vueltas... Realmente me gustaban, sí.
100% horteras, 100% geniales |
Mucha pinta de buenos no tienen |
Hombres cocodrilo
Los hombres cocodrilo son seres surgidos de un lejano pasado del que parecen no querer (o no poder) desprenderse. Dicen ser los herederos más puros de las antiquísimas civilizaciones de los hombres serpiente que en edades pasadas moraron por la tierra, pero si es verdad o no es algo que pocos saben. pese a su terrible aspecto son una raza sabia, civilizada, que valora la cultura y el conocimiento. Aun así siguen teniendo un aspecto salvaje, peligroso y no suelen tener mucha paciencia para tratar con las impetuosas criaturas de sangre caliente, lo cual les ha convertido en un pueblo generalmente aislacionista que no suelen tener demasiada relación con el exterior.
Como todos los reptiloides, los hombres cocodrilo viven en lugares con climas cálidos y húmedos, aunque son una raza que estás mucho más ligada al agua que otros hombres reptill: Pese a no necesitarla para vivir, su propia forma y cultura se ha centrado en las aguas. Así los hombres cocodrilo, gracias a sus grandes conocimientos técnicos y mágicos, suelen hacer sus asentamientos alrededor de grandes ríos, que desvían para crear sus acanaladas ciudades, o en claros despejados de profundas selvas, que aclimatan y acomodan (así como encharcan) para asentarse con holgura. Así pues los hombres cocodrilo son eminentemente urbanos, pero se pueden encontrar pequeños asentamientos de esta raza en pantanos, pozas y lagos calientes, así como a lo largo de grandes ríos o de costas tropicales. Es decir, los asentamientos más importantes pueden permitirse adaptar el medio a sus necesidades suelen ser extraños y maravillosos, mientras que los más pequeños se ciñen a lo que les ofrece el medio y suelen ser bastante humildes, pero funcionales. Debido a que son carnívoros, los hombres cocodrilo han generado una verdadera industria de la piscicultura, creando 'granjas de peces' que son la principal fuente de alimentación de las ciudades, aunque la caza y la pesca de grandes presas (marinas o no) sigue siendo un deporte bien visto por la aristocracia de este mundo, que ratifican sus títulos ofreciendo suntuosos banquetes a sus seguidores (ganándose así, de paso, su confianza y su lealtad).
Esta necesidad por una forma de terreno muy específica para poder asentarse les convierte en seres tremendamente territoriales, algo que junto con su terrible aspecto y su empeñado convencimiento de ser una cultura perfecta no los convierte en agradables vecinos. Además no pueden manejar un idioma humano a más del 50% debido a su extraña y peculiar morfología, lo cual no ayuda a las relaciones. Pese a todo son seres cultos y diplomáticos con los que se puede parlamentar, aunque no les tiembla la mano a la hora de declarar una guerra por el control de un meandro o para proteger una cala especialmente productiva. Los hombres cocodrilo no adiestran animales (ni para la batalla ni para nada) y suelen preferir hacer prisioneros en las batallas: los esclavos son muy útiles para intercambiarlos por los recursos que en sus lugares de origen no tienen, además que pueden hacer cosas en las que los hombres cocodrilo no pueden desenvolverse tan bien. Estos esclavos suelen trabajar de forma servicial, debido a que si son diligentes sus amos suelen premiarles como a sus leales. Pero si trabajan mal, bueno, los hombres cocodrilo son conocidos por devorarlos... Los hombres cocodrilo nunca hacen esclavos a otros miembros de su misma raza, considerando esto una aberración.
A la hora de entrar en batalla cada aristócrata está obligado a reunir a un grupo de leales (y estos, a su vez, a otros grupos de leales) para servir a la ciudad, al señor o al culto, depende de quien gobierne la ciudad. El sistema de 'leales' se debe a que entre los hombres cocodrilo no existe el concepto de familia, ya que la reproducción está altamente ritualizada y los pozos de desove, los lugares donde los pequeños son criados hasta que pueden empezar a valerse por si mismos, funcionan como templos criados por sacerdotisas de dioses de la fertilidad. Así pues los hombres cocodrilo tienen problemas para entender conceptos como el amor o la familiaridad: no forman familias, no toman parejas y no saben quienes son sus hijos. Pero, en cambio, tienen una gran cantidad de matices sobre el respeto, la lealtad y el compañerismo. De estos nace el sistema de 'leales' que vertebra toda su sociedad, donde los desoves más fuertes (seleccionados por las sacerdotisas-criadoras) acaban en las posiciones más altas de su sociedad, mientras que el resto se van escalando en los diferentes grados de la sociedad, viéndose obligados a ponerse al servicio de 'desoves superiores' si así quieren medrar en la vida. Fuera del sistema de desoves se encuentran los esclavos: cada hombre cocodrilo puede tener esclavos comprados o conseguidos en batalla, aunque suelen ser regalos muy bien vistos en la sociedad por lo que en la práctica solo los más poderosos tienen una cantidad apreciable de esclavos, mientra que el resto suelen regalárselos esperando así ganarse el voluble favor de los señores de los desoves superiores. No es raro que estallen conflictos entre señores (o incluso entre leales de un mismo señor, por ganarse el favor del mismo) y la sociedad de los hombres cocodrilo está llena de rencillas y odios, aunque como no comprenden el concepto de dinastía estos odios suelen morir con los participantes de los mismos.
Pese a esto, la diferencia sexual entre los hombres cocodrilo es bastante evidente. Los desoves suelen nacer en proporción de 3/1, siendo la mayor proporción de machos. Las gran mayoría de hembras suelen acabar en los cultos a los dioses de la fertilidad, acabando como sacerdotisas-criadoras, las encargadas de gestionar la propia sociedad de los hombres cocodrilo desde el principio. Aun así las hembras más capaces se integran en la sociedad en los más altos desoves de la misma manera que los machos, sin haber diferencia apreciable.
Los hombres cocodrilo son seres sabios y ofrecen culto a muchos dioses, aunque los de la fertilidad siempre están presentes en todas las sociedades, grandes o pequeñas, de esta raza. Algunos también estudian las extrañas artes de la hechicería, aunque suelen ser más extraños. Independientemente de las disciplinas mágicas que practiquen, los hombres cocodrilo son conocidos por su erudición, pero lo húmedo de sus moradas hace que el papel sea un lujo del que hay que prescindir. Además sus grandes manos suelen ser demasiado para cosas como el papiro. Por este cúmulo de razones los hombres cocodrilo han generado una curiosa forma de escritura hecha con sus propias garras. Aunque todos los que saben (y este es un lujo generalmente reservado a los desoves superiores) pueden escribir de forma más o menos decente, los escribas, sacerdotes y funcionarios suelen preparar una de sus uñas para esta razón específica, dejándola especialmente larga y con unos curiosos cortes que les permiten escribir mejor. A veces incluso refuerzan con piedra (o metal, en el caso de los más ricos) esta uña, pudiendo crear así las más bella letra... Según sus estándares, claro. Suelen escribir sobre barro que dejan secar, aunque también pueden escribir sobre madera o incluso sobre metal, pero esto solo en el caso de los más sagrados textos o los más importantes registros: el metal suele ser un bien preciado, escaso, dejado para los guerreros (que en muchos casos tienen que usar armas de piedra, aunque debido a su imponente físico no suele ser una desventaja).
Aventures hombres cocodrilo
Los hombres cocodrilo viven en una sociedad muy jerarquizada, que ellos consideran perfecta y eterna, pero que deja por el camino a algunos que no pueden amoldarse a ella (generalmente a desoves inferiores con imposibilidad de encajarse en el sistema de leales). En este caso muchos emigran a otras ciudades o asentamientos, mientras que otros deciden ver mundo. Estos hombres cocodrilo suelen ser guerreros temibles que alquilan sus armas, aunque en algunos casos son eruditos exiliados, sacerdotes en búsquedas sagradas o criminales buscados.
Cultura
Los hombres cocodrilo suelen vivir en ciudades de tamaño medio, aunque hay alguna que otra gran ciudad entre los de su raza. Estos provienen de una cultura civilizada (aunque cambia Conducir por Nadar) y son la gran mayoría. Unos pocos viven en asentamientos más pequeños y mucho menos avanzados, donde el sistema de desoves es menos contemplado y la supervivencia del grupo se valora sobre todo lo demás. Siguen usando los estándares de una cultura civilizada, pero reducen a la mitad su dinero inicial y su posición social nunca puede ser superior a la de Burguesía.
Pasiones culturales
- Lealtad (Señor, compañeros, leal)
- Amor (Ciudad, pueblo, culto)
- Odio (Enemigos tradicionales, señor rival)
Artesano, Cazador, Cortesano, Erudito, Funcionario, Guerrero, Hechicero, Mercader, Pescador, Sacerdote
Dinero inicial
Los personajes hombres cocodrilo comienzan el juego con mercancias, equipo y monedas por valor de 4d6 x60 piezas de plata.
La voz del hombre cocodrilo
''¿Tú te crees sabio, sangre caliente? Mi pueblo observaba las estrellas en el pasado lejano, en un pasado que para ti es simplemente incomprensible. Sí, claro, vosotros navegáis por las aguas y moráis por todo el mundo... ¿pero acaso eso os convierte en héroes o es un claro ejemplo de que sois una plaga para el mundo? Mi pueblo alcanzó la perfección hace mucho y nunca hemos necesitado cambiar, no como vosotros. Ahora, con esto en mente, podemos negociar el precio de esos esclavos. Pero recuerda que este no es un trato de igual a igual, y nunca lo será''
Oye, muy chulos, la verdad, me alegra que te haya inspirado la aventura :D.
ResponderEliminarYo confieso que en la civilización de hombres serpiente que se presenta en la aventura de Garan viene también en su origen de mi fascinación por los hombres lagarto de Warhammer. Me llegué a comprar el libro de ejército sólo por leer sobre ellos, y eso no está mal teniendo en cuenta que no juego a Warhammer :D.
Ah, y que conste que la idea de los kobolds-cocodrilo fue del ilustrador, pero yo también me enamoré instantáneamente del concepto :D.
Como diría Fran Vidal, ¡el círculo se cierra, el círculo se cierra! Es que los hombres lagarto molan, no hay más... Y tu los dejaste muy chulos, he de decir. Sobre lo de los koboldrilos... ¡Felicidades a Jagoba! Es todo un crack.
Eliminar¡Gracias por comentar!
Un impresionante artículo.
ResponderEliminar¡Has conseguido que me gusten hasta los Hombres Lagarto!
¡Me alegro! Hay más lagartijos acechando, tengo que ir sacándolos poco a poco...
Eliminar¡Gracias por comentar!
Muy detallada la raza. ¿Cómo es que te los imaginas tan civilizados? Construyendo ciudades, con piscifactorías, desviando cursos de ríos y tal. Por cierto, ¿cómo te parece unos hombres hipopótamo como antagonistas? La verdad es que la figura acojona bastante ;) http://www.beastsofwar.com/figone/wallow-mud-barney-figones-haan/
ResponderEliminarPues... No se como los puse tan civilizados, simplemente se me ha ido ocurriendo una historia y estos deben ser civilizados. Además, por cambiar un poco los estereotipos y puedes toparte con gente así y hablar con ellos. Que de normal parece que siempre tienes que liarte a leches...
EliminarLo de los hombres hipopótamo me ha dejado muy roto, pero me ha gustado mucho. Quizás no como raza jugable, pero desde luego parecen ocupar nichos similares y, joder, son terribles. Esos bichos tienen un bonificador de daño de +1d6 como mínimo.
En efecto, de esta forma rompes esquemas, está muy bien. En la naturaleza al ser animales territoriales violentos son enemigos jurados, así que me pareció lógico unos hipos antropomórficos y al ver esa figura no me pude resistir enseñártela ;)
EliminarSí... Seguramente los saque, es que me han molado mucho. ¡Bárbaros hipophombres!
EliminarCurrazo. Me lo guardo para mayor gloria de Sobek.
ResponderEliminar*Gritos de cocodrilo, hagan el ruido que hagan*
EliminarGenial. ¿De dónde has sacado las tres últimas ilustraciones? Están muy bien. Bueno, ojalá sea este el primer paso para runequestizar "La ciudad perdida de Garan"... ;-D
ResponderEliminarPues la verdad es que no se donde han salido... Solo las encontré por ahí buscando. Solo se que la del cocodripcio es de una ambientación de Pathfinder, Cereluan Seas.
EliminarSobre lo de Garan... No lo veo cerca, al menos no por mi mano, pero si alguien se anima... ¡Perfecto!
¡Gracias por comentar!
Pregunta tocanarices. Has comentado que viven en ciudades. ¿Como es su arquitectura? ¿Se parece a la de alguna civilización humana?
ResponderEliminarPues la verdad es que en mi cabeza me los imagino con una arquitectura a medio camino entre la mesopotámica y la egipcia, pero todo inundado: en vez de calles hay canales (que se adentran directamente en las casas, que supongo estarían cerradas con rejas para dejar pasar el agua pero mantener privacidad). Los grandes edificios, como templos, crecen más a lo vertical que a lo horizontal (para aprovechar el agua) aunque los más importantes tendrían virguerias de canalización para permitir mantener varios pisos inundados, terrazas incluidas.
EliminarTambién me imagino las ciudades amuralladas, y las murallas sirven tanto de defensa como de canalización/retención de las aguas.
¡Gracias por comentar!
Muy interesante. Mi cabeza inicialmente imaginaba mas bien algo estilo Malasia o aztecas, porque lo asociaba con civilizaciones que vivían en junglas. Pero claro, unos cocodrilos humanoides tambien recuerdan al dios sobek, por lo que también pensé que seguramente los podrías querer hacer estilo mas bien egipcio. Muy interesante la info
EliminarPues también es una opción... La verdad es que con el estilo 'Ayutthaya' molarían mucho, mucho...
EliminarMaldita sea, ¡que no necesito más proyectos!